Descargas eléctricas o aplastamiento de testículos: el horror del dopaje paraolímpico
Los Juegos Paralímpicos de París 2024 tendrán lugar durante 12 días mágicos, desde hoy hasta el 8 de septiembre de 2024, y reunirán a 4.400 de los atletas paralímpicos más destacados del mundo. En la actualidad, los Juegos Paralímpicos figuran entre los mayores acontecimientos deportivos del mundo, y cada edición suscita un mayor interés en el público. Son más que un simple acontecimiento deportivo: ofrecen una oportunidad única para centrar la atención del mundo en el deporte y la discapacidad, inspirar a las personas, provocar un cambio social y promover oportunidades profesionales y deportivas inclusivas para las personas con discapacidad. Pero, a pesar de ser un ejemplo de superación, al igual que cualquier otra competición deportiva, no han escapado a la sombra del dopaje a lo largo de su historia.
Los peligros del "boosting"
¿Romper tu propio dedo del pie para ganar una medalla paralímpica? ¿Aplicarte descargas eléctricas o estrangular tus propios testículos? Eso es trampa, pero los científicos que controlan a los atletas durante los Juegos Paralímpicos aseguran que un tercio de los competidores con lesiones de médula pueden llegar a lastimarse a sí mismos para mejorar su desempeño.
La práctica, llamada boosting (puede ser traducida como “estímulo”), tiene como objetivo incrementar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco para, de esta forma, ser más competitivo.
El boosting está prohibido por el Comité Paralímpico Internacional (CPI) desde 2004 pero algunos investigadores creen que hay atletas que aún recurren a estos actos desesperados para competir a un mayor nivel.
Esta práctica se da sobre todo en deportistas que sufren de lesiones de la médula espinal. Además de la parálisis y pérdida de sensibilidad en sus miembros con discapacidad, a menudo sufren de problemas de presión arterial y el ritmo cardíaco.
Algunos, por tanto, tratan de compensar estas debilidades lesionándose o mutilándose sus miembros insensibles, en los que no sienten ningún tipo de dolor. Con esto consiguen aumentar la presión arterial, mejorar el flujo sanguíneo en los músculos y, por tanto, en última instancia, obtener un mejor rendimiento.
Hemorragias, descargas, fracturas
Descargas eléctricas, hemorragias, obstrucción del catéter urinario para relajar la vejiga, botas demasiado apretadas en las extremidades inferiores, torsión o aplastamiento de los testículos, fractura del dedo gordo del pie... Para mejorar el rendimiento, el catálogo de horrores es casi interminable.
En términos médicos, se la define como una inducción deliberada a una peligrosa condición común a los cuadriplégicos llamada disreflexia autonómica.
Cómo lo hacen...
«Ha habido momentos en los que yo específicamente me di un buena descarga eléctrica en la pierna o en un dedo», llegó a confesar Brad Zdanivsky, escalador cuadraplégico canadiense.
Zdanivsky recurrió al boosting después de un accidente automovilístico en 1994 que destrozó su espina dorsal. Él no quiso que su condición le impidiera seguir con su pasión: escalar montañas.
«Traté diferentes formas de hacerlo. Uno puede dejar que la vejiga se llena, básicamente no ir al baño por algunas horas, y dejar que el dolor de tu vejiga lo haga. Alguna gente que practica deportes lo hace recurriendo a un catéter para que la vejiga se llene, ésa es la forma más fácil la más común, y uno puede rápidamente deshacerse del dolor dejando salir la orina. Yo fui un poco más allá, utilizando estímulos eléctricos en mi pierna, mi pie e incluso mis testículos», confesó en una serie de entrevistas en 2012.
Más controles
En Río 2016, tras el análisis en profundidad de datos de 160 atletas de distintas disciplinas, el Comité Paralímpico decidió aumentar los controles y advirtió de los serios riesgos para la salud de este tipo de prácticas que puede derivar en un ataque al corazón, una hemorragia intracraneal e incluso en la muerte.
Un estudio realizado por el CPI durante los Juegos Paralímpicos de Pekín mostró que alrededor del 17% de los entrevistados admitieron haber utilizado alguna vez el boosting, aunque algunos expertos piensan que la cifra real podría ser mayor y llegar al 30%.
En Tokio, los controles fueron más férreos y en París aún lo serán más. No en vano, se trata de lastimarse para hacer trampas.
6 Formas comunes de practicar el “boosting”
- Llenar la vejiga utilizando un catéter.
- Sentarse sobre objetos punzantes
- Usar correas ajustadas en las piernas.
- Golpearse o romperse un dedo de los pies
- Doblarse o sentarse encima del escroto hasta estrangular los testículos.
- Fisura o rotura de un hueso.