Yolanda Díaz reaparece para replicar a Sánchez tras su silencio en migración y en el cupo catalán
Un mes de silencio. Ni la polémica generada por el acuerdo entre el PSC y ERC en Cataluña, ni la dramática situación vivida en Canarias este verano por el colapso vivido en las costas por la llegada de inmigrantes, ha hecho que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, interrumpa sus vacaciones para marcar la posición de Sumar en estos asuntos, a pesar de que son el socio minoritario de Gobierno. Tampoco había reacción por parte del ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, el portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, o el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, entre otros.
Hasta ayer. Un mes después, en el que Sumar ha estado totalmente ausente de todo el debate político y mediático protagonizado por la pugna entre PSOE y PP a causa de la inmigración. Tema que estaba candente desde que a finales de julio el Congreso tumbara la reforma de la Ley de Extranjería que proponía el Gobierno.
La vicepresidenta, después de finalizar el curso con una entrevista en RNE el pasado 2 de agosto y tener un acto público el 20 de agosto, reapareció ayer para tratar de ganar visibilidad de cara al arranque de un curso político que estará de nuevo protagonizado por el PSOE y el PP por esta materia.
El presidente del Gobierno ha defendido en su gira por África la necesidad «imprescindible» del retorno de los migrantes ilegales a sus países de origen, esto es, un respaldo a las devoluciones en caliente. Algo que ha enfadado a Sumar, que, tras su silencio atronador, tomó la palabra ayer, con una cascada de reacciones después de la primera sentencia de la vicepresidenta en la que replicó las palabras de Sánchez. La ministra de Trabajo le acusó de seguir «las mismas recetas que la derecha», lo que calificó como «un fracaso y un error». Rechazó, además, las «deportaciones masivas». Apostó por políticas de «acogida y de solidaridad, como la iniciativa legislativa popular (ILP) que persigue regularizar a cientos de miles de trabajadores esenciales».
Hasta entonces, ningún portavoz o ministro de Sumar habían ofrecido su postura en los medios o en sus redes sociales. El ministro de Cultura, en una entrevista en Efe, apostó ayer mismo por la ILP a la que Díaz hacía referencia y acusó a la oposición de «dividir» a los ciudadanos por su «origen y creencias». Proponía el ministro trabajar en la habilitación de «vías de entrada seguras» a España, porque en este ámbito, es «donde más falla la política migratoria europea»
Sumar, eso sí, reaccionó después de que otros partidos de izquierda ya lo hubiesen hecho. Antes de la vicepresidenta, la líder de Podemos, Ione Belarra, ya había criticado la postura del Gobierno. «Lo diré tantas veces como sea necesario, las personas en situación administrativa irregular no están así porque quieren, sino porque no hay otra alternativa para migrar. Si Sánchez compra todo el argumentario racista de la derecha nos tendrá tan enfrente como ellos», dijo en su redes sociales. También se había posicionado con anterioridad Compromís o Izquierda Unida.
A la reacción de Díaz, le siguieron –ya sí– más similares. La secretaria de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval, también denunció las «deportaciones masivas» y aseguró que solo «enfrentan al penúltimo contra el último».
Desde la vicepresidencia segunda del Gobierno se había dejado entre ver que no estaba gustando la política decidida por Pedro Sánchez, pero, reconocían que no contaban con las competencias en materia de inmigración. «La competencia de migraciones, como se ve en el viaje del presidente la tiene Inclusión», explicaban a este diario fuentes cercanas a Díaz, dejando claro ya desde el primer momento su desmarque del anuncio de Sánchez de implantar la migración regular. «Seguimos trabajando con el enfoque de los derechos humanos», enfatizaban, después de dejar el foco a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, quien ha estado trabajando junto a la parte socialista en la solución a la migración irregular.
A la desaparición de Díaz en este verano, también se ha unido la ausencia total de actos públicos para el resto de ministros del ala fucsia. Los últimos actos oficiales de sus ministros se encuentran en la última semana de julio, a excepción de la ministra de Sanidad, Mónica García, que sí tuvo dos entrevistas en agosto. Un silencio total en medio del malestar general en el grupo plurinacional de Sumar a causa del cupo catalán. Compromís, la Chunta o IU se han levantado contra el acuerdo entre el PSC y ERC y han avisado de que no apoyarán ninguna reforma del sistema de financiación si no se mejora a su vez a sus comunidades. Ante esto, Sumar optó por el silencio, a excepción de su portavoz económico, Carlos Martín, quien se desmarcó de Díaz y se posicionó en contra de la autonomía fiscal para Cataluña.