La Virgen del volcán de La Palma, de estreno
La Virgen del volcán estrena manto. Y gracias a uno de sus feligreses más aventajados en el mundo de la moda. Este 29 de agosto, la imagen mariana se ha vestido por primera vez con una obra de Andrés Acosta, el diseñador palmero que, con 37 años, se ha convertido en un referente en nuestro país. Y lo hizo para la fiesta grande de la Virgen del Pino.
Y es que, desde 1955, cada tres años, con excepción de la pandemia del coronavirus, baja en romería de su ermita a las faldas de Cumbre Nueva hasta la localidad de El Paso, una de las más castigadas por la erupción de 2021, donde permanecerá un mes para ser venerada por sus vecinos. Acosta hizo entrega ayer de su trabajo durante una eucaristía en honor de la Virgen.
Más de 120.000 cristales y perlas naturales conforman este nuevo manto de tafetán de seda natural que ha sido elaborado en el Museo-Taller de La Seda. En total, se han invertido cuatro meses de trabajo por parte de «Las Hilanderas», un grupo de artesanas condecoradas con la Medalla de Oro de Canarias y que conforman el único taller europeo con una técnica manual de principio a fin en el que se utilizan telares originales del siglo XVIII.
Como una costurera más
El propio Acosta ha cogido aguja e hilo como una hilandera más para dar forma a un mano de tres metros de ancho por dos metros de largo, que es el resultado final de los más de diez metros de tejido con el que se partió. «La seda, en su tonalidad natural, rinde tributo a la luz y, en especial, es un símbolo que pone el foco en la pureza, la bondad y el amor que representa la figura de María», comparte el creador que ha buscado combinar su impronta personal, desde una respetuosa mirada y conocimiento de la iconografía eclesial local.
Prueba de ello es que el interior de la pieza ha sido forrada con el tono verde propio del «dress code» de la Virgen del Pino, que toma su nombre del pino canario más antiguo del mundo, que custodia la capilla donde se encuentra la imagen. Según la tradición, la talla de la Virgen María apareció en este árbol robusto, e incluso en los primeros tiempos tuvo su morada allí, sirviéndole el propio tronco de hornacina,
«Para mí, este proyecto es un tributo sincero a mi tierra, porque soy un convencido de que si cuidas las raíces del árbol, sus ramas alcanzarán las estrellas», comenta este palmero que ya había contado en anteriores diseños con Las Hilanderas para su colección «Orión», unas piezas que ahora se convierten en el prólogo de la que, sin duda, es un obra más especial y personal.
Así lo certifican el Sol, la Luna, las estrellas y la corona que aparecen bordadas en un manto que desprende una luminosidad inusitada que otorgan los brillantes y metálicos y que se fusionan con algunas de las superficies que han sido pintadas a manos en color dorado. De esta manera, el manto de la Virgen del Pino marca un antes y un después para Acosta, en tanto que sirve de antesala para su nueva colección de costura. Tal es el valor de la pieza que se conservará y exhibirá en adelante junto a sus tres vestidos «Orión» en la colección permanente del Museo de la Seda de la Ciudad de El Paso.
Lo cierto es que su regalo a la Virgen del Pino demuestra una inequívoca evolución hacia la exquisitez de aquel que en noviembre de 2016 presentaba su primera colección de vestidos de noche y novia creados íntegramente en España. Desde entonces, su reconocimiento nacional e internacional se ha disparado. Prueba de ello es que algunos referentes del mundo de la moda como Petra Nemcova, Paris Hilton o Chanel han llevado algunas de sus propuestas en las que sabe maridar a la perfección la vanguardia con la esencia de la alta costura. Y no solo ellas. A menudo, el cantante colombiano Sebastián Yatra apuesta por lucir diseños suyos en sus conciertos desde una masculinidad reinventada. Como cada una de las prendas que elabora Acosta en su atelier de Madrid, el manto de trata de una creación a medida y cien por cien personalizado.
No en vano, este embajador de su tierra ha buscado honrar a través de su vocación por el diseño a una de las imágenes más veneradas en Canarias. Y ojito derecho de los palmeros, con permiso de Nuestra Señora de las Nieves, patrona oficial de la isla.
Así pues, durante este mes se celebran los Días Grandes de este gran encuentro trienal donde se alternan actividades culturales, de ocio y religiosas.
La Virgen del Pino ya está vestida de fiesta, lista para que este sábado tenga lugar la romería hasta el templo parroquial de Nuestra Señora de Bonanza. Se trata de algo más que una intensa jornada que incluye la tradicional comida de romeros, una carrera de caballos y el singular recital de poesía que reúne a los llamados versadores, esto es, unos trovadores capaces de improvisar y cantar décimas espinelas con acompañamiento musical. Se trata de uno de los referentes etnográficos de la isla de la Palma.