Sánchez asalta también el Banco de España y lo politiza con un ministro
Pedro Sánchez avanza en su colonización de las instituciones. El puesto de gobernador del Banco de España (BdE) dejará de estar vacante este miércoles, día en el que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, comparecerá en el Congreso para anunciar el nombramiento de José Luis Escrivá. El actual ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública y antes ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones será el nuevo responsable del supervisor bancario y ocupará el puesto de Pablo Hernández de Cos, cuyo mandato expiró el 10 de junio. Se rompe así con la tradición de pactar al gobernador con el principal partido de la oposición, en este caso el PP.
Tras la intromisión del Ejecutivo en el Poder Judicial –por ejemplo, colocando a dos afines, Juan Carlos Campos y Laura Díez, en el Tribunal Constitucional–, y en otros muchos organismos e instituciones –el CIS, Correos, Efe, RTVE, el Constitucional, la Fiscalía...–, el Gobierno volverá a poner en entredicho la independencia de una institución que fue creada bajo ese principio básico. Sánchez toma esta decisión en contra de la oposición, en contra del propio regulador bancario, en contra del consenso de los expertos y en contra de sí mismo, ya que en el pasado aseguró que nombrar al secretario de Estado de Hacienda Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) como gobernador del Banco de España no fue un acierto de Zapatero.
El nombramiento llega pocos días antes de que se agote el mandato en funciones de la subgobernadora, Margarita Delgado, que vence el 11 de septiembre y que era una alternativa de consenso que habría tenido el «sí» del Partido Popular, frente al rechazo manifestado por el partido de Alberto Núñez Feijóo a Escrivá desde julio, cuando el Gobierno lo propuso. Cuerpo ha asegurado en repetidas ocasiones que «la independencia del Banco de España está asegurada sea quien sea el candidato por la Ley de Autonomía del Banco de España» y desde el Gobierno se escudan en que no sería el primer ministro o miembro del Gobierno que toma las riendas de un Banco Central en Europa. Ha ocurrido en Austria, Grecia, Malta, Portugal, Eslovaquia y Finlandia, aunque esta no es la mejor vía.
El precedente que sentó MAFO, acérrimo militante socialista, es un ejemplo claro. Secretario de Estado de Hacienda, nombrado gobernador por José Luis Rodríguez Zapatero antes del estallido de la crisis de 2008, es recordado por no haber visto las señales de alerta y no actuar con la firmeza necesaria, lo que mermó la credibilidad del Banco de España. Es el único precedente similar aunque, tras el nombramiento del Gobierno, Escrivá se convertirá en el primer ministro en el ejercicio de sus funciones que pasa directamente a ocupar el cargo de gobernador en Cibeles.
Pese a lo que asegura el Gobierno de Sánchez, nombrar a Escrivá iría en contra de la esencia de Ley de Autonomía del Banco de España, así como del artículo 130 del Tratado de la UE, que reza: «Las instituciones, órganos u organismos de la Unión, así como los gobiernos de los Estados miembros, se comprometen a respetar este principio y a no tratar de influir en los miembros de los órganos rectores del Banco Central Europeo y de los bancos centrales nacionales en el ejercicio de sus funciones».
No se trata de una cuestión de currículum, sino de principios e incluso de decoro. El catedrático Carlos Rodríguez Braun señala en declaraciones a LA RAZÓN que «la independencia de los bancos centrales nunca ha sido total», porque fueron creados por los Estados para financiarse, pero con «la moneda, siendo un instrumento tan delicado, procuran presentar una apariencia de independencia». «Lo que sucede en este caso es que resulta particularmente escandaloso y encaja con el estilo de Pedro Sánchez, que se dedica a arrasar con cualquier institución que se le ponga por delante, sea el Poder Judicial o el Banco de España», advierte Rodríguez Braun. "Este es un tema de principios. Aquí la cuestión es si el el presidente va a violar o no los derechos de los ciudadanos. El caso del gobernador del Banco de España, en tanto que forma parte del sistema del Banco Central Europeo", añade.
Tradicionalmente, el partido en el Gobierno nombra al gobernador y el de la oposición propone al subgobernador, pero con consenso en ambos puestos. Sin embargo, no hay que olvidar que, por ley, la elección del número uno del supervisor bancario es potestad del presidente del Gobierno, con lo que únicamente debe ser publicado en el Boletín Oficial del Estado tras aprobarse el cese de Escrivá como ministro. Mientras, el subgobernador es designado por el Ejecutivo a propuesta del nuevo gobernador.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, advirtió ayer al Ejecutivo de que con su formación «no cuente» para este nombramiento, ya que supone una invasión de la institución. «No se puede ser ministro por la mañana y gobernador por la tarde», insistió Feijóo, al tiempo que alertó de que esto será «muy malo» para la independencia de una institución que «no puede ser un Ministerio más del Gobierno de España».
Las voces de expertos que advierten de este riesgo son numerosas, algunas de ellas procedentes del propio supervisor bancario, donde no se ve con buenos ojos que un perfil con vínculos políticos directos asuma los mandos de la institución. Aunque fuentes internas reconocieron que el currículum de Escrivá avalaría su candidatura, recelan de un salto directo desde el Gobierno hacia la institución, sobre todo teniendo en cuenta los notorios enfrentamientos que el ministro tuvo con Hernández de Cos y su equipo en la anterior legislatura por las discrepancias sobre la sostenibilidad de las pensiones.
«Aun cuando Escrivá pueda estar cualificado para el cargo, que lo está, su trayectoria personal lo descalifica», advierte el economista Juan Ramón Rallo. «El papel del gobernador debería ser el de una persona de fuera de la política. Y en el caso de Escrivá es que digamos que ya ha mancillado dos instituciones», al preparar su salto a la política cuando era presidente de la Airef y al Banco de España como ministro. «Por lo tanto, cabrá poner cualquier movimiento que adopte desde el Banco de España bajo sospecha, justamente por su origen politizado», añade.
El economista Daniel Lacalle se expresa en el mismo sentido y hace hincapié en el papel especialmente activo de Escrivá en la campaña electoral del PSOE. «No hay ninguna justificación para que se le considere una persona independiente, porque no hay ningún nivel de independencia. No es que sea una persona que haya adoptado un perfil técnico independiente dentro del Gobierno, sino que ha estado ganándose puntos desde el punto de vista político, siendo especialmente activo y especialmente beligerante», insiste. Pese a la negativa inicial de Escrivá a ocupar el puesto cuando sonó su nombre en mayo, hoy se hará oficial. Su primer gran compromiso será la reunión del consejo de Gobierno del BCE el 12 de septiembre.