Alquiler de temporada: este es el perfil de sus inquilinos
El alquiler de temporada continúa creciendo. Este está pensado para aquellos que necesitan un alojamiento para unos meses concretos y no necesitan satisfacer una necesidad permanente de vivienda como ocurre con el alquiler habitual. Concretamente estos son "celebrados para ejercerse en la finca una actividad industrial, comercial, artesanal, profesional, recreativa, asistencial, cultural o docente, cualquiera que sean las personas que los celebren", tal y como establece el artículo 3 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). A pesar de que la normativa vigente no establece un período o lapso temporal concreto, se entiende que supera lo que habitualmente se destina a las vacaciones y no excede el año.
Este alquiler puede ser la opción "perfecta" para nómadas digitales. Tanto es así, que estos representan un tercio del alquiler de temporada en España, tal y como muestra el estudio publicado por la consultora inmobiliaria Home Select. Además de estos, otro tercio de la demanda de este tipo de alquiler son personas que se desplazan por motivos laborales y el tercio restante son estudiantes o particulares con situaciones personales –divorcios, mudanzas, cuestiones de salud o reformas en la vivienda habitual–.
Perfil del demandante: personas entre 35 y 45 años
La consultora señala que los interesados en este tipo de alquiler suelen ser personas de entre 35 y 45 años con un alto nivel de estudios y un nivel medio-alto de ingresos. Además, ocho de cada diez suelen ser personas solteras sin niños.
Casi de la mitad de los trabajadores que apuestan por este alquiler provienen de Latinoamérica, seguidos de los españoles (21%) que cambian de ubicación de manera temporal. Tras estos se encuentran europeos (14%), norteamericanos (11%) y otras nacionalidades (7%).
Duración y tipo de estancia
La estancia media es de 3,5 meses, sobre todo, durante el primer semestre y el último trimestre del año, puesto que estos inquilinos evitan la temporada estival.
Los nómadas digitales suelen preferir estudios y apartamentos de uno o dos dormitorios que vengan acompañados con zonas comunitarias de "coworking" y en residenciales de "flexliving" –viviendas flexibles que se adapten a las necesidades del inquilino–. La ubicación preferida de estos trabajadores está en Madrid, principalmente, en los barrios de Salamanca y Chamberí. No obstante, además de la capital, actualmente la demanda se está incrementando en zonas costeras como Barcelona, Valencia y Málaga.