La tercera generación de Maldini llega a la «azzurra»
El 2 de febrero de 2020 Paolo Maldini observaba desde el palco de San Siro el debut de un joven delantero de 18 años con la camiseta del Milan. De nombre, Daniel; de apellido, Maldini. El hijo pequeño de Paolo. Sólo jugó un minuto aquel día, pero muchos se atrevieron a adivinarle ya un futuro esplendoroso por ser la tercera generación de ese linaje que vestía la camiseta rojinegra.
Su abuelo, Cesare, ganó la primera Copa de Europa para el Milan. Paolo ganó las cuatro últimas del club. El debut de Daniel era también una llamada para la esperanza de los aficionados milanistas después de tiempos bastante grises. Sólo una vez su equipo ganó una Copa de Europa sin un Maldini en la plantilla.
Pero la esperanza duró poco. Daniel sólo pudo jugar 24 partidos en tres temporadas, la mayoría sin demasiados minutos, antes de comenzar un carrusel de cesiones que le llevó a pasar por varios equipos italianos. Del Spezia al Monza pasando por el Empoli. El verano pasado terminó su contrato con el Milan y el Monza decidió quedárselo en propiedad.
El año pasado las lesiones le dejaron participar sólo en 18 partidos, pero esta temporada ha jugado los siete partidos de la Serie A desde el comienzo y ha marcado un gol. El Monza es último en la clasificación, pero su desempeño le ha servido para recibir la llamada de la selección italiana para jugar los partidos de clasificación para la fase final de la Liga de Naciones contra Bélgica e Israel. Es la tercera generación de Maldinis en la «azzurra», algo que en España ya hizo la saga de los Marcos Alonso. El abuelo, Marquitos; el hijo, Marcos y el nieto, Marcos Alonso.
«Nos genera placer que haya nuevas caras que puedan ayudar a la selección», dijo Luciano Spalletti, el seleccionador italiano al anunciar la lista de convocados. «Nos echarán una mano después de que no hicimos una gran Eurocopa», añadía en referencia a Maldini y a otra de las novedades, el centrocampista de la Roma Niccoló Pissili.
Han pasado 22 años desde que el padre jugara su último partido con la selección y 61 desde el último de su abuelo, Cesare. Llegar a la «azzurra» desde el Monza es más complicado que hacerlo desde el Milan, pero no es casualidad que Daniel eligiera ese equipo. El propietario del club es Adriano Galliani, presidente y hombre fuerte del Milan en los años de Berlusconi. «Por fin un Maldini que marca goles y no un lateral», le dijo Galliani a Paolo, el padre de Daniel, después de que marcara su primer gol con el Monza.