El efecto boomerang de Cachemira (o cómo Modi ha incendiado él solo un peligroso polvorín nacionalista)
El de Cachemira es uno de esos volcanes nacionalistas siempre a punto de estallar... pero que nunca acaba de hacerlo. Así ha sido hasta ahora gracias a los equilibrios sobre el alambre de los que han hecho gala los sucesivos primeros ministros de India (a quien pertenece actualmente está región musulmana), y a la sensatez de los mandatarios de la vecina Pakistán, que nunca se han atrevido a dar el paso de encender una mecha de muy corto recorrido.
Pero aventar los fantasmas puede ser tan peligroso como intentar meterlos en una caja de Pandora con la esperanza de que no acaben saliendo. Esto es lo que intentó hace cinco años el primer ministro indio, Narendra Modi, cuando abolió por sorpresa el estatus de semiautonomía de esta región, y ahora la jugada se ha vuelto en su contra en unas elecciones regionales en las que el nacionalismo cachemir ha obtenido un resultado inesperado.
Un poco de contexto para entender de dónde venimos: Cachemira es una región situada entre Pakistán e India (dos potencias nucleares) que quedó partida por la mitad cuando el territorio británico se dividió en esos dos estados. Tanto Pakistán, de mayoría musulmana, como India, reivindican la región, cuya población es mayoritariamente musulmana.
Durante todo este tiempo la zona ha permanecido fuertemente militarizada en un inestable impasse, hasta que hace cinco años el gobierno nacionalista de Modi revocó el estatus de semiautonomnía de la región resucitando con ello la tensión.
Incorporación a la India
El pasado 5 de agosto, el Ejecutivo anunció que planea incorporar permanentemente el territorio a los dominios de Nueva Delhi. Y la reacción se ha podido ver este martes en las en las primeras elecciones locales celebradas en la Cachemira india desde esta polémica decisión.
Según los resultados oficiales, una alianza secular ha obtenido la mayoría derrotando a las fuerzas del nacionalismo hindú del primer ministro Modi. La consulta era vista como un referéndum contra la controvertida decisión de Nueva Delhi de 2019, que vino acompañada de varios meses de represión, restricciones de movimiento y comunicación y masivos arrestos.
La Cachemira tradicionalmente boicotea los procesos electorales en su territorio como un gesto de no reconocimiento y desconfianza ante la autoridad del Gobierno central. Sin embargo, estas votaciones experimentaron un alta participación, con líderes separatistas buscando escaños en la asamblea local.
La victoria de este territorio disputado por Pakistán quedó en manos de la alianza conformada por el histórico Partido del Congreso (INC) de la dinastía Nehru-Gandhi y la regional Conferencia Nacional (CN), informa Efe.
Según los datos de la Comisión Electoral de la India (ECI), la CN logró 42 escaños que, sumados a los seis asientos del INC, fueron suficientes para superar los 48 puestos necesarios para ostentar la mayoría en la asamblea regional de 90 asientos.
El Bharatiya Janata Party (BJP) de Modi quedó detrás con 29 escaños, que obtuvo principalmente en la región de Jammu, la única parte de Cachemira donde predomina la población hindú.
Durante la campaña el primer ministro indio se había vanagloriado de haber traído el desarrollo y la democracia a la conflictiva región azotada por décadas de insurgencia con la decisión de la autonomía y la abolición de su calificación de estado.
Con este resultado, "el engaño del BJP ha quedado al descubierto y tenemos esperanzas de que el gobierno electo consiga un desarrollo real en los próximos años", dijo a EFE Javed Khan, un ciudadano que salió a celebrar los resultados electorales en una calle de la ciudad de Srinagar, principal ciudad de la Cachemira india.
En las oficinas de la CN estallaron los petardos, sonaron tambores y se vivieron momentos de gran alegría entre los partidarios que acudieron a celebrar la victoria en las distintas sedes de la formación.
Estas elecciones, celebradas en tres etapas para mantener un control de la tensión política, se desarrollaron entre fuertes medidas de seguridad, y los resultados fueron anunciados bajo un despliegue de cientos de miles de efectivos de seguridad.
El resultado de hoy es sin embargo simbólico para las fuerzas políticas cachemires, en cuanto que Nueva Delhi seguirá ejerciendo control total sobre el gobierno y la asamblea electa solo tendrá poder en reducidos sectores de la administración.
LA ECI anunció hoy también los resultados de las elecciones del estado de Haryana, donde el BJP de Modi obtuvo una inesperada victoria que le devolvió el lustre a los nacionalista en esta región norteña vista como parte del corazón del hinduismo.
El resultado da 48 de los 90 asientos en liza y, con ello, una mayoría para formar gobierno por tercera vez consecutiva en el territorio agrícola.
También ha conseguido un asiento la medallista olímpica Vinesh Phogat, que dio un salto a la política justo después de su controvertida descalificación en los juegos de París 2024, ahora convertida en una feroz opositora de Modi.
La India todavía tiene previstas otras dos elecciones regionales antes de que termine el año: las del occidental Maharasthra, donde el BJP forma parte de la coalición gobernante, y en el oriental Jharkhand, donde es el INC quien gobierna en coalición.