Un exoesqueleto inspirado en Iron Man brinda nuevas posibilidades a usuarios de sillas de ruedas
La revolución en la movilidad está a la vuelta de la esquina. Investigadores surcoreanos han desatado una revolución tecnológica con un exoesqueleto innovador que permite a las personas que utilizan sillas de ruedas caminar, subir escaleras y moverse con una libertad asombrosa. Este avance no solo transforma radicalmente la asistencia y la rehabilitación, sino que también desafía las barreras de la discapacidad, abriendo un mundo de posibilidades en el que la autonomía y la inclusión se convierten en realidades palpables.
Se trata del WalkON Suit F1, un exoesqueleto portátil que está destinado a cambiar la vida de quienes anhelan recuperar la movilidad. Desarrollado por el Laboratorio de Exoesqueletos del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST), este traje combina tecnología de vanguardia y diseño innovador. A pesar de sus 50 kilogramos, cuenta con doce motores que replican los patrones de marcha naturales, ofreciendo una experiencia de movimiento sorprendentemente fluida. Equipado con un sistema de sensores de alta precisión que procesa más de 1.000 puntos de datos por segundo, no solo ayuda a mantener el equilibrio, sino que también anticipa los movimientos del usuario, llevando la asistencia a un nuevo nivel de interacción.
Esta tecnología incorpora un avanzado sistema de cámaras que escanea el entorno en tiempo real, identificando obstáculos y variaciones en el terreno. Esta capacidad de adaptación es crucial para compensar la limitada percepción espacial de los usuarios. Además, el traje se acopla automáticamente a los usuarios mientras permanecen sentados en sus sillas de ruedas, facilitando su integración en la vida diaria.
Mientras que otros exoesqueletos requieren ayudantes que levanten a los pacientes paralíticos de sus sillas de ruedas antes de atarlos a los dispositivos de asistencia, este puede «caminar solo como un robot humanoide» y acercarse al paciente. Cuenta con un sistema de acoplamiento frontal que permite al usuario parapléjico permanecer sentado mientras el exoesqueleto se instala alrededor del cuerpo y las piernas del paciente. Dispone de un sistema «que controla activamente el centro de su peso contra la fuerza de la gravedad» para evitar que se caiga cuando el usuario es ayudado a ponerse de pie. El equilibrio general se ha ajustado para permitir el uso de ambas manos en posición erguida, junto con breves periodos sin necesidad de un bastón de apoyo. Los potentes motores y algoritmos de control se han mejorado notablemente con respecto a las versiones anteriores, y la configuración cuenta incluso con reconocimiento de visión para la detección de obstáculos.
Kim Seung-hwan, miembro del equipo y usuario de una silla de ruedas, ha demostrado el impresionante potencial del WalkON Suit F1 al caminar a velocidades de hasta 3 km/h, subir escaleras y realizar movimientos complejos, como esquivar un banco. Este innovador traje portátil, inspirado en la franquicia de Iron Man, fue diseñado con la misión de proporcionar una herramienta que mejore la vida de personas con discapacidades.
El profesor Kyoung-Chul Kong, del Departamento de Ingeniería Mecánica del KAIST, ha dedicado una década al desarrollo de dispositivos de asistencia, y el primer modelo WalkON fue presentado en 2016. Desde entonces, el equipo ha incrementado la velocidad de marcha a 3.2 km/h y ha llevado su cuarta generación al prestigioso Cybathlon de Suiza, una "olimpiada ciborg" que busca impulsar avances en tecnologías de apoyo. En su primera edición, el evento atrajo a equipos de 25 naciones, destacando la competencia de 66 "pilotos". En una emocionante muestra de su eficacia, Kim Seung-hwan ganó la medalla de oro en la categoría de trajes asistenciales del Cybathlon 2024, superando a competidores con el dispositivo suizo VariLeg Enhanced y el tailandés ChiangMaiU EXO 2, que se llevaron las medallas de plata y bronce.
Aunque esta novedosa tecnología se lleva estudiando desde los años sesenta, su adopción generalizada sigue planteando dificultades, como los problemas de adaptabilidad y la complejidad de los procedimientos de ajuste. Sin embargo, competiciones como el Cibatlón siguen impulsando la innovación hacia diseños más prácticos y fáciles de usar que, con el tiempo, podrían convertir esta tecnología en algo habitual para las personas con paraplejia.