Un camión por sentido al día y mercancías limitadas: la aduana regional que Marruecos ha acabado por imponer
Un camión por sentido y día y con productos limitados. Es lo que permitirán, por el momento, las autoridades marroquíes que transite por las más que esperadas aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, la más sustanciosa de las contrapartidas del lado magrebí a la cesión española en el conflicto por la soberanía del Sáhara Occidental y principal demanda de Pedro Sánchez en la hoja de ruta de la renovada relación bilateral.
El culebrón de las aduanas de Ceuta y Melilla –el presidente del Gobierno había anunciado en Rabat en el ya lejano 7 de abril de 2022 la reapertura de la melillense, cerrada de manera unilateral por Rabat en agosto de 2018, y la creación de una de nuevo cuño en Ceuta– puede estar tocando a su fin. O más bien viviendo el inicio de uno nuevo.
Ningún representante del Consejo de Ministros ha querido, por ahora, adelantar información alguna sobre cómo será el funcionamiento de los pasos. Solo la delegada del Ejecutivo central en Melilla, Sabrina Moh –quien, según confirmó LA RAZÓN, avanzó en los últimos días del año a un número reducido de empresarios locales la noticia–, aseguraba este jueves a una televisión local «estar trabajando para que se reabra a la mayor velocidad posible», aunque eludió dar fechas.
«Hemos ido siempre dando pasos con el objetivo de conseguir un trabajo bien hecho y unos resultados óptimos, y se hará de manera progresiva hasta alcanzar la plena normalización», añadió Moh.
Menos aún se sabe sobre el nuevo paso aduanero de Ceuta. En nota de prensa, la delegada del Gobierno, Cristina Pérez, rompía ayer su silencio para pedir «paciencia porque lo verdaderamente importante es que finalmente, tal y como anunció el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, se va a garantizar la plena normalización de la circulación de personas y mercancías, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero».
Poco es lo que ha trascendido hasta ahora sobre las características de las infraestructuras aduaneras, pero parece claro que el tránsito de mercancías estará muy limitado y, por ende, el impacto económico para las ciudades autónomas será exiguo.
Según adelantó «El Faro de Melilla», Marruecos podrá exportar productos frescos –frutas, verduras y pescados– y áridos. Lo que no está claro es qué productos permitirá Rabat que entren en suelo marroquí desde Ceuta y Melilla.
En las últimas horas el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, daba por hecho que solo estarán permitidos productos producidos en la propia ciudad, lo cual convertiría el tránsito desde el lado español en residual. Por otra parte, se da por hecho que Rabat seguirá sin permitir el régimen de viajeros, algo que los empresarios vienen denunciando desde la reapertura de las fronteras en mayo de 2022. Después de suprimir la aduana de Melilla y prohibir el contrabando en Ceuta, Marruecos, que no reconoce explícitamente la soberanía sobre las dos ciudades, cerró durante más de dos años los pasos terrestres con las ciudades españolas.
La reacción de los empresarios –quienes serán previsiblemente contactados por las respectivas delegaciones del Gobierno en los próximos días– mezcla perplejidad e indignación sobre la información que ha trascendido. La presidenta de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), Arantxa Campos, confesaba a LA RAZÓN ayer que «la Delegación del Gobierno no nos ha informado de nada, ha emitido una nota de prensa que no nos aclara nada y desde la Confederación entendemos que los acuerdos están para ser cumplidos por las dos partes de forma íntegra». Al respecto de la información que ha trascendido sobre la naturaleza de los puestos, la empresaria ceutí afirma que «eso no es una aduana comercial, que es lo que se acordó». «Con lo que entendemos que se ha incumplido el acuerdo España-Marruecos», zanja a este medio.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Enrique Alcoba, admitía ayer a LA RAZÓN no tener ninguna información oficial al respecto de cómo será la aduana y lamentaba que «si se va a permitir que Marruecos pase todo lo que quiera a Melilla y en el otro sentido Marruecos va a decidir qué se pasa, estamos totalmente en contra». «Es un insulto y una falta de respeto a los ciudadanos. Para estar en esta situación es mejor que la frontera esté cerrada en las dos direcciones», concluía ayer a LA RAZÓN el empresario.
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Imbroda: «Es perder soberanía política y económica»
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, volvió a arremeter ayer contra el Gobierno central por lo «bochornoso» de la situación en declaraciones a «El Faro de Melilla». «Nosotros no aceptamos otra cosa que no sea el ‘statu quo’ del derecho internacional. No nos pueden imponer lo que podemos vender, ya que eso sería perder soberanía política y económica», afirmó la máxima autoridad local de la ciudad autónoma. Imbroda pidió ayer también la dimisión de la delegada del Gobierno central en la ciudad autónoma, Sabrina Moh. «Marruecos va a lo que va y le da igual. España tiene que apoyar a Melilla con todas las consecuencias. Lo que haga Marruecos a mí me la trae al pairo, pero que Marruecos meta sus zarpas en Melilla es pecaminoso», zanjó el primer edil melillense.
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