«El Socialista» denunciaba en 1975 «represión contra medios» y «consejos de guerra»
Como anunció el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el PSOE comienza hoy en el Museo Reina Sofía de Madrid sus 100 actos para conmemorar los 50 años de la muerte de Franco en un 1975 que viene a equiparar con el primer año de democracia, aunque la recuperación de las libertades tardó en llegar y no fue precisamente durante esos doce meses convulsos que Moncloa va a festejar en el calendario de este año.
El pistoletazo de salida a esta efeméride, que supone un hito en el «Francomodín» al que tantas veces ha recurrido Sánchez, se vivirá en la soledad del PSOE y sus socios, puesto que el principal partido de la oposición ya avisó de que no participará en ninguna cita de esa agenda.
Lo dijo en primer lugar la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el pulso a cuenta de la memoria histórica por la sede de su Gobierno en la Real Casa de Correos –que pretendían convertir en lugar de memoria– pero será el Partido Popular en bloque el que desista de hacer acto de presencia, por mucha presión que esté recibiendo para que cambie su actitud.
En cuanto a esa libertad a la que Moncloa se anticipa, Borja Sémper recordó ayer que «no se puede celebrar el advenimiento a la democracia en 1975» porque «es mentira», dado que España seguía inmersa en el franquismo. El portavoz nacional y vicesecretario de Cultura del PP mostró su rechazo a loar la muerte de un dictador en vez de la victoria de la democracia a través de la Transición.
En su número de la primera quincena de enero de 1975, «El Socialista» recordaba precisamente que los sucesos cotidianos estaban lejos de la anhelada libertad que preconizaba.
El órgano de expresión del PSOE aludía a la «represión del régimen de Franco contra medios de comunicación, periodistas y la prensa libre española». Y se hacía eco del «accionar de los sindicatos franquistas liderados por la Organización Sindical Oficial» para «controlar a la clase trabajadora», al tiempo que en la sección «Terrorismo oficial» denunciaba las «detenciones, consejos de guerra, violencia y en general las arbitrariedades cometidas por el régimen en contra de la población y los militantes socialistas».
Pero es que incluso el periodo temporal de la Ley de Memoria Democrática abarca el periodo de ausencia de libertades y violación de los derechos humanos hasta 1983, cuando el PSOE gobernaba desde el año anterior, la Constitución cumplía cinco años –«este año se convierte en la más longeva de la historia de España», apuntaba también Sémper a Sánchez– y se habían celebrado tres elecciones generales democráticas.
Fechas poco apropiadas, en definitiva, para conmemorar la libertad que pretende enarbolar Ferraz, especialmente en el tramo final del año, cuando varios consejos de guerra sumarísimos costaron cinco fusilamientos, el 27 de septiembre; o en noviembre, cuando el rey de Marruecos aprovechó que Franco agonizaba y organizó la Marcha Verde, humilló a España y se adueñó del Sáhara occidental. El mismo que Pedro Sánchez ha entregado ahora a su vecino al respaldar la propuesta marroquí de autonomía para el territorio.
Y a todo esto, ¿qué opina la Fundación Franco? Su presidente ejecutivo, Juan Chicharro explica a LA RAZÓN que «acogemos esta intención, no con extrañeza, pero sí con tristeza, toda vez que intentar dividir y enfrentar a los españoles con el único objetivo de obtener un rédito político personal, no es más que una muestra más de la vileza y miseria de un Gobierno que, ajeno a los problemas que acucian a nuestra nación, pretende retrotraernos a 1936 sin tener en cuenta de que estamos en el año 2025».