Los "padres" de los fármacos anti-obesidad, premio "Fronteras del Conocimiento" en Biomedicina 2024
Cuatro científicos, Daniel Drucker, investigador del Hospital Monte Sinaí de Toronto; Joel Juul Habener, de la Universidad de Harvard; Jens Holst, de la Universidad de Copenhague, y Svetlana Mojsov, de la Universidad Rockefeller de Nueva York han sumado esta mañana un nuevo premio de los de mayor prestigio internacional, el "Fronteras del Conocimiento" en Biología y Biomedicina –que otorga anualmente la Fundación BBVA– a su palmarés de galardones por haber descubierto y desarrollado los agonistas del receptor del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), que ha dado lugar a la familia de medicamentos que han revolucionado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y de la obesidad.
Se quedaron a las puertas del Nobel de Medicina, pero ya atesoraban un premioLasker, un Breakthrough y el Princesa de Asturias de Investigación Científica 2024 por su hazaña.
Con sus hallazgos, los investigadores han contribuido de forma determinante no solo a luchar contra dos de los grandes males de nuestro tiempo, sino contra las graves comorbilidades que provocan, como enfermedad cardiovascular, renal crónica o ictus.
El reto ahora es "lograr que personas de todo el mundo puedan beneficiarse de los medicamentos" en los que se han traducido sus descubrimientos, subrayó Drucker en una videoconferencia en la sede de la Fundación BBVA en Madrid, dond se anunciaron los premiados en esta categoría de la XVII edición de los galardones.
"La ciencia sólo sirve si la innovación en la que se materializa es accesible a todos", agregó. "Nuestros hallazgos suponen una oportunidad para trabajar con la industria farmacéutica en la consecución de ese objetivo", añadió.
La liraglutida, el primer paso
Los trabajos desarrollados por Habener y Mojsov dieron pie a la identificación y caracterización del péptido GLP-1.
Knudsen, por su parte, hizo posible el desarrollo de liraglutida, el primer medicamento con GLP-1 aprobado para una indicación de pérdida de peso.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó la liraglutida para controlar los niveles de azúcar en sangre en la diabetes de tipo 2 en 2009, y la agencia reguladora estadounidense (FDA) lo hizo al año siguiente.
Esta molécula se convirtió así en el primer fármaco basado en GLP-1, y en el inicio de una nueva era de tratamientos anti-obesidad, sobre cuyas aportaciones hay nueva evidencia científica casi a diario. Antes de su desarrollo, los especialistas no contaban con ningún tratamiento realmente eficaz a largo plazo.
Dado que se ha visto que la hormona GLP-1 tiene un potente efecto antiinflamatorio, el equipo de Drucker tiene abierta una línea de investigación para estudiar su potencial para tratar enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el parkinson.
Náuseas y vómitos, sus puntos débiles
La nueva generación de medicamentos frente a la obesidad ha demostrado su eficacia en otros muchos ámbitos, ya que también mejoran la función renal, reducen el riesgo de eventos cardíacos fatales y están vinculados con la protección contra la neurodegeneración vinculada a procesos inflamatorios.
En los últimos meses, se ha demostrado, además, que pueden ayudar a reducir el dolor relacionado con la osteoartritis de rodilla e, incluso, disminuir el riesgo de desarrollar trastornos adictivos, como el alcoholismo o la adicción al tabaco.
Sin embargo, siguen teniendo algunos puntos débiles. Muchas de las personas dejan de tomarlos debido a efectos secundarios comunes como náuseas y vómitos. Además, son mucho menos efectivos para bajar de peso en personas con diabetes tipo 2 y obesidad que si solo se tiene una de las dos.