Esto es lo que cobra un preso en la cárcel por trabajar durante su condena en España
En el sistema penitenciario español, el trabajo representa mucho más que una simple actividad. El trabajo dignifica al individuo y es una herramienta clave para promover la rehabilitación y la reintegración de los internos en la sociedad. Estas ocupaciones no sólo les permiten adquirir experiencia, sino también mantenerse activos durante su estancia en prisión.
Para ello, el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (OATPFE) es el que gestiona estas actividades laborales dentro de las cárceles. Esta entidad se enfoca en fomentar oportunidades de empleo como parte del proceso de rehabilitación, reduciendo las barreras que enfrentan muchos reclusos al volver a la sociedad. Además, estas iniciativas contribuyen a proporcionar cierta estabilidad durante su tiempo en prisión.
¿Cuál es la remuneración de un preso por las tareas realizadas?
El dinero que ganan los presos por trabajar varía según las horas dedicadas y el tipo de actividad desempeñada. En promedio, las retribuciones oscilan entre 3,24 y 5,68 euros por hora, lo que equivale a ingresos mensuales que rondan los 200 o 300 euros. Aunque estas cantidades están muy por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), resultan esenciales para que los internos puedan costear pequeños gastos personales o apoyar económicamente a sus familias.
Sin embargo, no todos los presos tienen acceso a estas oportunidades. Sólo un 20% de la población penitenciaria consigue un puesto de trabajo dentro de la cárcel. Organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) han destacado la alta demanda de estos empleos entre los internos, lo que refleja el interés en participar en estas actividades a pesar de los bajos salarios.
El impacto del trabajo penitenciario no se limita al ámbito financiero. Para los reclusos, estas actividades son una vía para adquirir disciplina, desarrollar habilidades prácticas y encontrar un propósito. Además, contribuyen a generar estabilidad emocional y a formar hábitos fundamentales para la vida en libertad.
Aunque los ingresos obtenidos por los presos son modestos, su verdadero valor radica en los beneficios intangibles que ofrecen. El empleo en prisión es una herramienta crucial para: prepararse para la vida fuera de la cárcel, mejorar la integración en la sociedad o cultivar la esperanza de un futuro con nuevas oportunidades.
Es una estrategia esencial para la rehabilitación de los presos. Su impacto se refleja en la transformación personal de los internos, quienes, a través de estas iniciativas, pueden vislumbrar un porvenir más prometedor tras cumplir su condena.