El sistema público de salud mental falla a los más vulnerables: los mayores
Las personas mayores son más vulnerables a la depresión grave que otros grupos de edad, con el agravante de sufren un doble estiga: al que rodea la enfermedad mental se suma el marcado por el edadismo. Y es que las percepciones estereotipadas del envejecimiento contribuyen a agravar la depresión, ya que la tristeza y la falta de energía se consideran síntomas naturales de la vejez, por lo que no se les otorga la importancia necesaria. Esto provoca que, tanto los pacientes como su entorno no vean la urgencia de acudir a los servicios de salud mental para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados.
Si a esto se suma la saturación de estos servicios en la sanidad pública en nuestro país, con listas de espera de más de seis meses para ver a un especialista por primera vez y donde solo cinco comunidades autónomas tienen más de un psiquiatra por cada 100.000 habitantes, tenemos una "tormenta perfecta" para que la situación de estas personas se cronifique y pueda derivar en problemas mucho mayores, tanto físicos como mentales.
Entre estos destaca el suicidio. Según las estadísticas de fallecimientos por esta causa de los ultimos 5 años, el 40% de las personas que se quitan la vida en España tienen más de 60 años. En 2022, se quitaron la vida un total de 1.638 personas mayores, mientras que el año anterior lo hicieron 1.591. Los datos de 2023 muestran un ligero descenso, fueron 1.294 mayores de 64 años los que se suicidaron. El problema es mayor entre los hombres que entre las mujeres: los varones de entre 50 y 60 años son el colectivo con tasas más elevadas de suicido en nuestro país.
"Muertes invisibles"
Sin embargo, el foco mediático e institucional se ha puesto hasta ahora en la prevención del suicidio de los menores de 25, dejando de lado estas "muertes invisibles" que se producen entre los mayores. Las campañas realizadas para dar a conocer el número de atención a la conducta suicida (024), que el Ministerio de Sanidad puso en marcha hace dos años, hasta ahora no han tenido en cuenta el colectivo de mayores de 80 años, ni tampoco parace que hayan sabido llegar al de los adolescentes y jóvenes.
En el "boceto" de Plan de Acción Nacional que presentó Sanidad el pasado 10 de septiembre si se mencionaba que se harían acciones específicas para llegar a este colectivo, aunque no se especificaba cuales.
Los hombres mayores de 80 años tienen una serie de particularidades que les hacen más vulnerables a desarrollar conductas suicidas, como situaciones graves de soledad no deseada (son viudos o viven solos en municipios más pequeños, lejos de sus hijos), enfermedades físicas que, en un alto porcentaje, les impiden la movilidad, pluripatologías, desesperanza, pérdida de capacidades motoras o psíquicas o la falta de medios económicos. Esto último les impide acudir a la sanidad privada para tratar sus problemas de salud mental.
Recursos insuficientes
Para tratar de dar voz a este colectivo, la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha reclamado a las instituciones públicas que aumenten los recursos del Sistema Nacional de Salud (SNS) destinados a la salud mental para facilitar el acceso a estos servicios de toda la población y, en especial, de los grupos más vulnerables y afectados, como son las personas mayores y mayores con discapacidad.
La Plataforma ha denunciado que, en la actualidad, los recursos públicos de los que dispone el SNS para atender los problemas de salud mental son "claramente insuficientes", además de que existe una carencia generalizada de profesionales.
Con todo ello, ha demandado también que se adopten políticas públicas que se centren en las causas de los trastornos mentales en las personas mayores y con discapacidad mayores, como son la soledad, el alcoholismo, las dificultades económicas, las enfermedades o la falta de un proyecto vital. Por ello, han señalado que es más necesario que nunca implementar un "escudo social frente a la depresión".