Gallardo, segundo verso suelto que obliga a Sánchez a recolocarse
«Miguel Ángel Gallardo es el candidato de Guardiola, al PP le salen las cuentas si él gana», dijo el sábado Esther Gutiérrez en una entrevista en eldiario.es. Era la traca final a una campaña bronca y llena de acusaciones que, a tenor de los resultados obtenidos por la candidata afín a Pedro Sánchez, no ha gustado entre la militancia socialista extremeña que ha rechazado sus argumentos. Gallardo obtuvo el 61,78%, casi dos tercios de los votos, por el 26,98% de Gutiérrez.
La cacereña ha obtenido, incluso, menos respaldo que Lara Garlito que disputó la secretaria general del PSOE extremeño a Miguel Ángel Gallardo hace escasamente nueve meses. En aquel momento Garlito obtuvo el 45% frente al 55% de su oponente que se presentaba bajo la bandera del sanchismo. En estas primarias la oposición a Gallardo perdió casi el 10% de los votos y cayó en plazas tan significativas como Plasencia.
La votación en Extremadura podría ser el primer revés de Pedro Sánchez desde 2017 y también de Guillermo Fernández Vara que ha sido el gran perdedor, toda vez que Esther Gutiérrez fue su consejera y una persona de su total confianza. Esta versión tiene su eco en Extremadura «el que ha perdido es Guillermo», ratifican fuentes del PSOE extremeño. Entonces la pregunta es :¿ha ganado o ha perdido Sánchez? Fernández Vara sigue en la Ejecutiva Federal del PSOE, pero no Gutiérrez que aspiraba a una silla en la ejecutiva que se eligió en Sevilla. «Fracasó y ahora lo intentó de nuevo en las primarias», afirman los socialistas extremeños.
Miguel Ángel Gallardo no era el candidato de Sánchez. Su opinión sobre la Ley de Amnistía no gustó ni en Ferraz ni en Moncloa, y mucho menos su posicionamiento con el pacto de PSC y ERC sobre la financiación de Cataluña. Las distancias del secretario general del PSOE con el barón extremeño se fueron agrandando, pero la imputación del hermano del presidente en la Diputación de Badajoz interrumpieron las malas relaciones. O al menos, las hostilidades quedaron en suspenso. Al fin y al cabo, Gallardo estaba dando la cara por David Sánchez y también había sido imputado. En conclusión, apuntan fuentes del entorno del PSOE, se impuso el sosiego entre ambos con una cierta estrategia de despiste. «Gallardo no era el candidato sanchista, pero Gutiérrez tampoco porque no entró en la federal. A Ferraz no le interesó decir lo contrario y dejó hacer. Dejó correr la idea con el objetivo de que ganara quién ganara, ganaba Pedro». Para estos observadores de la realidad socialista extremeña esta es «una manera de interpretar lo que ha pasado. Gallardo ha aumentado sus apoyos. Eso no hubiera pasado con Ferraz activa en su contra», justifican. Pero hay quien ve en la victoria de Gallardo una enmienda de la militancia a las políticas sanchistas. El apoyo de Gallardo en Badajoz ha sido mayúsculo a pesar del caso del hermano de Sánchez por su contrato en la Diputación provincial que él preside. El respaldo ha sido total «ante los ataques de jueces y de la extrema derecha», comentan. El reelegido secretario general obtuvo el 80% del respaldo, con la inestimable ayuda del influyente alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna. En Cáceres alcanzó casi el 40% del voto, rompiendo con el axioma de que Cáceres está en inferioridad frente a Badajoz que, según este criterio, es dónde «siempre se decide todo».
Al margen de estas interpretaciones Sánchez deberá replantearse las relaciones con Gallardo, que se ha convertido en el barón más crítico de las políticas de Moncloa. También lo fueron Juan Lobato o Luis Tudanca que ya no lideran sus territorios, y tampoco Javier Lambán que dejará la secretaria del PSOE aragonés pero que está dando la batalla frente a Pilar Alegría. El único verso suelto es Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. Ahora está por ver si Gallardo se perfila como otro verso suelto.
La derrota de Gutiérrez abre otro interrogante. ¿Era momento de presentar la batalla? La respuesta es variopinta según las afinidades, pero lo que trasluce es que el PSOE extremeño sea una balsa de aceite "¿será Gallardo el candidato en las próximas elecciones?", se pregunta la militancia por dos cuestiones. Una su relación con Ferraz y otra, y quizá más relevante, el resultado de su imputación que puede tener consecuencias políticas y que lo dejaría en una posición de debilidad ante María Guardiola. Quizá a eso se refería en su entrevista Gutiérrez cuando afirmaba que con Gallardo las cuentas -la mayoría parlamentaria- le salía al PP.
Mientras, desde el Gobierno buscaban cerrar filas con esta tesis y asumir la victoria como éxito a pesar de que la realidad era que no tenía el apoyo de Ferraz. La secretaria de Política Económica del PSOE, Enma López, puso en valor el hecho de que Gallardo ampliara su porcentaje de apoyos ensalzando así el proceso de primarias. "Es un partido abierto, democrático y donde los militantes eligen a los líderes". Esto lo usó contra el PP donde, aseguró que "los líderes se eligen a dedo, después de hacerlos caer de formas un tanto complejas. Nosotros seguimos un orgulloso proceso de primarias dentro de la normalidad". "Quiero lanzar desde aquí mi enhorabuena y todo mi cariño a Gallardo. Estamos deseando seguir trabajando juntos porque es lo que veníamos haciendo", dijo.