Biden bendice a la OTAN y aplaude el liderazgo de EE UU
Entre aplausos de funcionarios del Departamento de Estado y otros miembros de su gabinete, el presidente Joe Biden concedió su último discurso sobre política exterior antes de pasar la antorcha como mandatario a su némesis Donald Trump el próximo 20 de enero, en medio de las críticas del republicano al historial del demócrata. El entrante presidente ha sido especialmente crítico con el manejo de la invasión de Rusia a Ucrania y la guerra de Israel contra Hamás en Gaza. «Salimos a reconstruir nuestras relaciones internacionales», dijeron tanto Biden como el secretario de Estado, Antony Blinken. Y es que la saliente administración demócrata usó sus cuatro años de gobiernopara afianzar las alianzas con los países que estaban desencatados con la globalización.
«Estados Unidos es más capaz y preparado que cuando yo llegué al poder», aseguró el mandatario sobre su gestión en economía y defensa, haciendo énfasis en el fortalecimiento de alianzas como la OTAN. En su alocución, el demócrata efectivamente destacó mucho los esfuerzos de expansión de la OTAN, la movilización de aliados, los esfuerzos de ayuda militar a Ucrania y un acuerdo entre Japón y Corea del Sur para ampliar la seguridad.
Durante su mandato, Biden enfrentó una variedad de eventos internacionales tras la pandemia, incluidos la retirada de Estados Unidos de Afganistán, la guerra de Rusia en Ucrania y el ataque de Hamás a Israel, que ha llevado a una amplificación de las tensiones en curso en Oriente Medio. Horas antes de su discurso, Biden habló con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mientras continúan las negociaciones para un alto el fuego y un acuerdo sobre rehenes. Funcionarios de la Casa Blanca han contado a periodistas que en este tema incluso el equipo de transición de Trump apuesta por un triunfo en cuanto al proceso, para que el entrante mandatario no deba lidiar con esa guerra.
La insistencia del presidente en que su administración logró avances en la restauración de la credibilidad de EE UU en el escenario mundial y ha demostrado que el país sigue siendo un socio indispensable en todo el mundo, ha sido quizá la constante más grande. Con la invasión de Rusia a Ucrania, Biden movilizó a los aliados en Europa y más allá para proporcionar a Ucrania miles de millones en asistencia militar y económica, incluyendo más de 100 mil millones de dólares por parte de Estados Unidos. Eso permitió a Kyiv mantenerse en la lucha contra el ejército, mucho más grande y mejor equipado, del presidente ruso Vladímir Putin.
El equipo de Biden también coordinó con aliados una serie constante de sanciones contra Rusia con el objetivo de aislar al Kremlin y hacer que Moscú pagara un precio económico por la guerra. Sin embargo, Biden se ha enfrentado críticas por ser demasiado cauteloso a lo largo del conflicto en cuanto a proporcionar a los ucranianos ciertos armamentos avanzados y letales de manera oportuna, además de imponer restricciones sobre su uso.
Inicialmente, resistió las solicitudes del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de usar misiles de largo alcance ATACMS para atacar profundamente en territorio ruso, así como solicitudes de tanques Abrams, aviones de combate F-16 y otros sistemas. Biden a menudo se mostró reticente antes de finalmente ceder, preocupado por la necesidad de evitar una escalada que pudiera involucrar a Estados Unidos y otros miembros de la OTAN en un conflicto directo con una Rusia armada con armas nucleares.
«Cuando Putin invadió Ucrania, pensó que conquistaría Kyiv en cuestión de días», dijo el presidente Biden. «La verdad es que, desde que comenzó esa guerra, soy el único que ha estado en el centro de Kyiv, no él», sentenció.
Por su parte, Trump ha criticado el costo de la guerra para los contribuyentes estadounidenses y ha prometido poner fin al conflicto rápidamente, una narrativa que logró precisamente que el del lunes fuera un discurso de despedida de Biden y no de continuidad. En esas palabras también el demócrata dedicó tiempo a China, asegurando que el gigante asiático «jamás superará a EE UU» en términos de hegemonía global. Esto contradice, sin embargo, el avance de Pekín en zonas de influencia de Washington, como lo son algunos países de América Latina, por ejemplo. Gran parte de la alocución de Biden también estuvo dedicada a hablar de sus logros, pero también los desafíos de la Inteligencia Artificial.
El mandatario explicó que su país tiene la urgencia de frenar a su rival China también en esa área. Para ello, anunció nuevas y estrictas restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial , en un intento por limitar ese avance tecnológico de Pekín. La decisión busca impedir que adversarios estratégicos utilicen tecnología avanzada con fines militares.