Dimite la secretaria de Estado del Tesoro del Reino Unido por sus vínculos con la corrupción del régimen de Bangladesh
Nuevo golpe para el Gobierno británico. La secretaria de Estado del Tesoro, Tulip Siddiq, ha presentado este martes su dimisión tras haber sus vínculos con el caso de corrupción del régimen de la depuesta líder de Bangladés, Sheik Hasina, tía carnal suya.
Desde hace semanas estaba en el punto de mira al ser mencionada en una investigación sobre las denuncias de que su familia malversó más de 4 mil millones de euros en infraestructuras en Bangladesh. Una investigación independiente del responsable de los estándares éticos del Ejecutivo británico halló que no ha infringido el código de conducta ministerial, en cualquier caso, pese a no haber hecho nada mal, Siddiq ha decidido presentar su carta de renuncia para evitar convertirse en una "distracción".
Siddiq, que se convierte en la segunda componente del gabinete en dimitir tras la exministra de Transportes Louise Haigh, tenía precisamente en su cartera la lucha contra la financiación ilegal y la corrupción.
El diario 'Financial Times' reveló recientemente que Siddiq había recibido en 2004 un apartamento de dos habitaciones en Londres de manos de un promotor con vínculos con el partido de Hasina, la Liga Awami, y que también había vivido en otras propiedades relacionadas con el antiguo régimen de su tía, que se vio obligada a dimitir el pasado 5 de agosto tras una oleada de protestas.
El premier Keir Starmer ha agradecido a Siddiq su trabajo para impulsar las reformas financieras en la City. "Aprecio que para acabar con las actuales distracciones para poner en marcha nuestro plan para cambiar el Reino Unido, hayas tomado una difícil decisión y quiero aclarar que la puerta estará abierta para ti más adelante", escribió. Al mismo tiempo, el Gobierno anunció el nombramiento de la diputada Emma Reynolds para reemplazar en el puesto a Siddiq.
La renuncia representa otro varapalo para el Gobierno laborista que seis meses después de elecciones no remonta en encuestas y está bajo gran presión por la mala situación de la economía británica y sus continuas polémicas con Elon Musk, mano derecha del presidente electo Donal Trump.