Un chino-portugués blanqueaba el dinero de la trama de hidrocarburos para los socios de Aldama
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil estrecha el cerco de un ciudadano de origen chino que cuenta con empresas en Portugal y estaría implicado en el blanqueamiento del dinero de la trama de los hidrocarburos, según informan fuentes del caso a LA RAZÓN. La sede de este empresario está ubicada en Hong Kong aunque cuenta con al menos media docena de sociedades en territorio luso.
Jiahe Wanji Mining Limited es la compañía que está en el foco de las diligencias del Instituto Armado. La sociedad se constituyó el 20 de diciembre de 2019 como una empresa privada limitada por acciones registrada en Hong Kong. Figura como en funcionamiento y se dedicada a múltiples servicios, según los registros consultados por LA RAZÓN. No tiene página web ni tampoco detallan si tienen socios.
No obstante, las pruebas recabadas por la Guardia Civil señalan ante esta empresa que presuntamente habría blanqueado el dinero del fraude de los hidrocarburos de Claudio Rivas, socio de Víctor de Aldama. Los datos recogidos por los investigadores apuntan que esta compañía contaba con al menos media docena de sociedades en Portugal y ofrecieron sus servicios a la red.
30 millones de euros en Portugal
De esta forma, las sociedades portuguesas de Jiahe Wanji Mining Limited habrían acogido el dinero de las empresas del fuel y lo habrían blanqueado y entregado en efectivo a parte de los investigados a cambio de una comisión del 15%. Está dinámica se habría repetido en el tiempo. Los investigadores estiman que esta trama tendría en el país luso una cantidad cercana a los 30 millones de euros.
Y es que las empresas de Claudio Rivas se habrían presentado en concursos de liquidación, entre ellas la matriz de Villafuel S.L., mientras que el investigado mantenía un ritmo de vida ajetreado con fiestas en Ibiza o safaris de más de medio millón de euros por África. Este sujeto, que fue detenido el pasado mes de octubre por los agentes de la Guardia Civil, era aficionado a la caza y en sus redes sociales hacía gala de los viajes. De forma paralela, presuntamente mantendría deudas con otros de los investigados. Deudas que aún no se han saldado.
El teléfono de Víctor de Aldama
El juez Santiago Pedraz, que instruye la causa en la Audiencia Nacional, mantiene el secreto de sumario que podría levantarse en un plazo breve de tiempo. El magistrado espera los informes del volcado de los teléfonos móviles de los detenidos. Una primera fase de las pesquisas se explotaron en octubre y en diciembre en una nueva fase se arrestó a más investigados. Esos informes serán claves para una trama que podría haber defraudado cerca de 1.000 millones de euros en el pago del IVA.
Por otra parte, Víctor de Aldama ya tiene en su poder su dispositivo móvil. Fuentes de la investigación confirmaron a LA RAZÓN que se trata de un terabyte de datos que ahora están ya en posesión tanto del empresario como de la Fiscalía Anticorrupción, para proceder al reglamentario expurgo del dispositivo.
La Guardia Civil ha culminado de esta forma el estudio del terminal que, según ha deslizado el propio Aldama, podría contener información muy perjudicial para el Ejecutivo. Cabe recordar que el conseguidor ha mostrado su disposición a colaborar tanto con las diligencias sobre el 'caso Koldo' como sobre esta trama de fraude de hidrocarburos que sigue bajo secreto de sumario en la Audiencia Nacional.
Los investigadores de la UCO han accedido a una cantidad ingente de mensajes, wasaps, imágenes y documentos de toda índole. De hecho, barajan un volumen de datos que supera los 1.000 gigabytes. Se trata de un contenido que preocupa en el Ejecutivo, especialmente tras las confesiones que ha protagonizado en sus dos declaraciones en sede judicial por el caso Koldo. En la primera de ellas, celebrada el 21 de noviembre en la Audiencia Nacional, desveló un presunto reparto de comisiones por el pelotazo de las mascarillas y otros negocios entre el exministro José Luis Ábalos y su entonces asesor, Koldo García. Según dijo, el primero percibió 400.000 euros y el segundo 200.000 euros.