Millonario, generoso y fan de Carlos Sainz. Así es Al Rajhi, el ganador del Dakar 2025
Carlos Sainz alucinó cuando en la sexta etapa del Dakar 2024 Yazeed Al Rajhi abandonó por un fuerte accidente y decidió ceder al madrileño el «motorhome» en el que vivía durante el rally. Una mansión de lujo sobre ruedas, que el piloto saudí cedía gustoso al madrileño, su ídolo y modelo a seguir en el mundo de los raids. Así es Al Rajhi, el carismático piloto que acaba de hacer historia al convertirse en el primer saudí que se impone en el rally más duro de la tierra. «Estoy muy feliz de representar a mi país y dejarlo en una buena situación. Hemos batido muchos récords hoy: soy el primer saudí en ganar el Dakar, el primero que gana en su propio país y, además, hacía 25 años que un equipo privado no conseguía ganar este rally, y nosotros lo hemos hecho con el apoyo de Overdrive. Hemos demostrado que la gente de Arabia puede ganar el Dakar», detallaba Al Rajhi nada más bajarse del coche tras asegurar en la última etapa un triunfo que ya era suyo desde la penúltima.
Su experiencia y maestría en las dunas pesaron demasiado y Henk Lategan, que había sido líder durante muchísimos días, no tenía más remedio que rendirse a la velocidad de su rival en el desierto. Y es que Al Rajhi corría en casa y después de diez ediciones, en la undécima ha conseguido el sueño que tanto había perseguido. Como él mismo decía, es el primer saudí que gana el «tourareg» y también es pionero al hacerlo en su terreno, porque ni en África ni en Sudamérica se había coronado un piloto local. Y de paso, su hazaña es con un equipo privado, aunque es cierto que su Toyota Hilux es tan pata «negra» como los oficiales.
Medios los tiene todos, porque el dinero le viene de familia, aunque luego él se ha encargado de multiplicarlo con sus propias empresas. Su compañía es importantísima en el sector del acero y también tiene negocios inmobiliarios y de catering, donde va desde el café hasta el agua embotellada. Todo lo que toca lo convierte en oro y si no está en la oficina está subido en un coche, su gran pasión, donde empezó en el World Rally Car antes de pasarse a los raids. Este saudí de 43 años es conocido en los campamentos del Dakar por su sonrisa, casi perenne, y por su amabilidad y generosidad, y contaba la propia web de la carrera que suele organizar comilonas en los días de descanso donde están invitados muchos de sus rivales. Su forma de competir es parecida a la de Al Attiyah, cordiales fuera del coche pero implacables cuando hay que dar gas en el desierto.
Al Rajhi ha estado mucho tiempo a la sombra del gran Nasser, pero ahora es el nuevo rey de Dakar, sucediendo a Carlos Sainz, del que ha dicho muchas veces que es su modelo a seguir y al que quiere imitar en eso de estar en activo hasta más allá de los sesenta años. Junto a él en el Toyota Hilux ha estado Timo Gottschalk, ganador del Dakar en 2011 junto a Al Attiyah y que también ha leído las notas y ha navegado junto a Carlos Sainz. «Timo me ha ayudado mucho, él tiene muchísima experiencia, ha hecho diecisiete veces el Dakar y me ha sacado de situaciones complicadas», confirmaba Al Rajhi enfundado en la bandera de Arabia Saudí, donde es uno de los mejores embajadores dentro de la política aperturista del país a través del deporte.
Es hijo del empresario Sheikh Muhammad bin Abdulaziz Al Rajhi, magnate de la banca y al que comenzó ayudando de joven. Ahora él da trabajo a 25.000 personas y, sin ir más lejos, la marca de agua oficial de este Dakar es suya. Ahora lo es también ese «touareg» que se le había negado por un exceso de ímpetu que le llevaba a cometer errores. Ya subió al podio en 2022 y ahora ha alcanzado el escalón más alto.