Biden sirve en bandeja a Rusia la derrota de Ucrania en el campo de batalla
La guerra en Ucrania parece haberse convertido en un atolladero sin salida, y el dedo acusador apunta cada vez más hacia las políticas fallidas de la administración Biden. Según un análisis incisivo del teniente coronel retirado del ejército americano Daniel Davis, publicado en 19FortyFive, las decisiones de Biden han socavado gravemente la posición de Ucrania y han allanado el camino para una posible derrota militar ante las fuerzas de Vladimir Putin.
En la misma línea apuntan las recientes declaraciones del general James Hecker, comandante de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y África, quien ha dibujado un panorama sombrío. "Rusia se está haciendo más grande, y se están volviendo mejores que antes. Son en realidad más grandes de lo que eran cuando [la invasión] comenzó", advirtió Hecker en septiembre de 2024. Su análisis contradice la narrativa de que Rusia estaba al borde del colapso y destaca la preocupante realidad de que las fuerzas de Putin han emergido del conflicto más fuertes y capaces que antes.
En el citado artículo Davis argumenta que la administración Biden se basó en 2021 en una mezcla peligrosa de optimismo ingenuo y falta de previsión estratégica ante el abismo de una guerra con Ucrania. Desde el principio, el presidente demócrata se aferró a la falsa esperanza de que Ucrania pudiera derrotar a Rusia, ignorando las realidades militares sobre el terreno.
Por ejemplo, en 2021 Putin propuso un pacto que planteaba la neutralidad de Ucrania a cambio de que la OTAN no incluyera a este país en su estructura militar. Biden, cegado por la arrogancia y el deseo de "parecer duro" contra Rusia, escribe Davis, rechazó esta oportunidad de oro para evitar la guerra.
Una vez comenzado el conflicto armado, los diplomáticos rusos y ucranianos alcanzaron un acuerdo de paz en Estambul en marzo de 2022, pero la administración Biden, influenciada por el entonces primer ministro británico Boris Johnson, presionó a Ucrania para que rechazara el acuerdo y continuara la lucha.
Otro error señalado por el experto ha sido sobreestimar a Ucrania y subestimar a Rusia. Desde la Casa Blanca no se reconoció que Rusia poseía una superioridad abrumadora en términos numéricos en cuanto a soldados, recursos naturales y capacidad industrial de defensa.
Otro escollo en estos casi tres años de guerra se produjo cuando en 2023 Biden respaldó una ofensiva ucraniana a gran escala que carecía -dice Davis- de los elementos esenciales para el éxito, como el poder aéreo, la defensa aérea necesaria y las tropas suficientes. El resultado "predecible", añade el experto fue un fracaso costoso que debilitó aún más a Ucrania.
Por último, se destaca que las políticas de Biden no solo han fracasado en el objetivo de debilitar a Rusia, sino que han fortalecido sus lazos con China, Corea del Norte e Irán. Estos países han creado un bloque geopolítico formidable que amenaza los intereses de Estados Unidos a nivel mundial.
También se menciona como error el envío por parte del Pentágono de misiles estadounidenses de largo alcance dentro de Rusia, "un acto incendiario" que enfureció a Moscú y endureció su postura negociadora. ¿Qué podrá hacer Donald Trump?, se pregunta el autor.
El presidente Trump hereda una situación extremadamente difícil. Si bien ha prometido poner fin a la guerra, las posibilidades de una solución negociada favorable para Ucrania se han visto gravemente disminuidas por las acciones de su predecesor. La pregunta que queda en el aire es si Trump puede deshacer el daño infligido por Biden y lograr lo que la administración anterior no pudo: una paz justa y duradera en Ucrania, dice el autor.
Lo cierto es que tras enviar a Ucrania miles de vehículos de combate estadounidenses, millones de municiones y más de 100.000 millones de dólares de los presupuestos generales, la guerra está lejos ganarse, según el general estadounidense James Heckler, quien admitió que, a pesar de esos gastos extraordinarios, el ejército ruso se había vuelto más grande y más fuerte.
A su juicio, la falta de superioridad aérea en ninguno de los dos lado ha provocado "un desgaste masivo con ciudades que están siendo demolidas y muchas bajas civiles," explicó Hecker.