Venecia, una joya inigualable sobre el agua
Inmortal, misteriosa y mágica. Podría describirse como un sueño que reposa sobre el agua, y es que Venecia se alza como un museo al aire libre entre canales, puentes, monumentos y palacios. Sí, su cautivadora elegancia y belleza hacen de la capital de la región del Véneto uno de esos destinos «obligados» que hay que visitar al menos una vez en la vida.
Sin duda, cualquier época del año resulta ideal para visitar la mundialmente reconocida como una de las ciudades más bellas que existen, pero es en el mes de febrero cuando Venecia se muestra en todo su esplendor y vive su momento más mágico en su fiesta más internacional e icónica: el Carnaval.
El Desfile de Apertura, el 15 de febrero, con un espectacular despliegue de luces y música sobre el Gran Canal, marca el inicio de esta festividad que transforma por completo la ciudad. Al día siguiente, la Festa Veneziana sull’Acqua llenará el mismo canal de barcos decorados que avanzan hasta el barrio de Cannaregio, donde el ambiente festivo se mezcla con la deliciosa gastronomía local. Por otro lado, el Arsenal será testigo de espectáculos nocturnos, mientras que el 22 de febrero tiene lugar el desfile de la Festa delle Marie, rindiendo homenaje a una antigua tradición donde doce jóvenes desfilan con trajes históricos hasta la Plaza San Marcos. Entre los momentos más esperados destaca el Volo dell’Angelo, el 27 de febrero, cuando un ángel desciende desde el campanario de San Marcos en una escena que simboliza la gracia y la belleza de la urbe italiana.
Por supuesto, ningún Carnaval en Venecia estaría completo sin los tradicionales bailes de máscaras. Espacios como Ca' Vendramin Calergi ofrecen cenas y eventos exclusivos, donde los asistentes, vestidos con fastuosos y lujosos trajes de época, disfrutan de una experiencia inolvidable en un ambiente de lujo frente al Gran Canal.
Más allá del Carnaval: sus atractivos atemporales
Pero la ciudad de las 118 islas y los 400 puentes es mucho más que su Carnaval. Sus atractivos atemporales son los que hacen de esta mítica urbe italiana un must para todo viajero, y la Piazza San Marco, el epicentro cultural y arquitectónico de la ciudad, es un buen punto de partida para empezar a descubrirla. En ella, destacan la Basílica de San Marcos, símbolo veneciano por excelencia por su belleza de estilo bizantino y su majestuosidad tanto en el exterior como en su interior, y el Palacio Ducal, que ofrece una perspectiva detallada sobre el poder político y artístico que definió a Venecia durante siglos.
Desde la plaza, el Gran Canal se extiende como una arteria viva, rodeada de palacios que ponen de relieve la importancia histórica y artística de la Serenísima. Recorrerlo en góndola o en vaporetto es una de las actividades que hacer en Venecia, y un consejo para capturar la mejor fotografía del Gran Canal: suba al puente de los Descalzos, el puente Rialto o el de la Academia. Además de ser parte de la esencia veneciana, son magníficos puntos para llevarse el mejor de los recuerdos en forma de postales personales.
Precisamente desde el último puente, el de la Academia, se extiende uno de los barrios más populares y con una identidad marcadamente veneciana: el de Dorsoduro. Aquí, hay pequeños bares, los bacaretos, cuyas especialidades son los cicchetti, pequeños platillos a forma de aperitivo para tomar bajo el sol veneciano y acompañados de un buen vino regional. Este barrio acoge muestras del patrimonio arquitectónico veneciano como el templo de San Pantaleón, cuya sobria fachada no hace prever su riquísimo interior.
Y como broche de oro, nada mejor que disfrutar de un tranquilo paseo al atardecer por la isla de Giudecca a través de la Fondamenta delle Zattere hasta llegar al Molino Stucky.
Escapada a Burano
A poco más de 40 minutos en vaporetto de la isla principal de Venecia, donde se encuentran los seis sestieri conectados por puentes y canales —San Marco, Dorsoduro, Cannaregio, San Polo, Santa Croce y Castello—, Burano destaca por su personalidad propia a través de sus casitas de colores, entre las cuales sobresale la Casa Bepi por sus fachada de decoraciones geométricas.
Uno de sus mayores atractivos es la tradición del encaje, desde el siglo XVI. El Museo del Merletto, ubicado en la antigua escuela de encaje de la isla, ofrece un fascinante recorrido por esta técnica artesanal que convirtió a Burano en un referente internacional.
Por otro lado, caminar por sus calles llenas de vida, cruzar pequeños puentes sobre canales y descubrir rincones como la Plaza Galuppi, el corazón de la isla con multitud de tiendas y zonas de restauración, permite disfrutar de la esencia más auténtica de Burano.
Sí, por todo lo que ofrece, Venecia es un destino que ya sea en su mítico Carnaval o en otras fechas, no necesita ser pensado. Viajar a Venecia siempre es un acierto.