El debate sobre el envío de tropas a Kyiv resurge tras la victoria de Trump
El envío de fuerzas internacionales de paz a Ucrania para asegurar un eventual alto el fuego ha dejado de ser tabú en la Unión Europea. Aunque no existe unanimidad en las cancillerías, todo indica que el debate puede entrar en una nueva fase tras la investidura de Donald Trump. El propio presidente español, Pedro Sánchez, que en el mes de diciembre descartó de plano esta posibilidad, ha comenzado a cambiar paulatinamente su discurso. «Es pronto para responder, pero España está siempre comprometida con sus aliados», aseguró Sánchez esta semana durante el Foro Económico de Davos.
Dentro del club comunitario, Francia es el país que lleva la voz cantante y lleva meses preparando el terreno. Aunque no cuenta todavía con un respaldo firme por parte del resto de los miembros del club, Reino Unido puede convertirse en su más firme socio dentro de la Alianza para una iniciativa de este tipo ya que el primer ministro británico, Keir Stamer, ha mostrado su apoyo a garantizar la seguridad de Ucrania cuando termine la guerra. Aunque públicamente no se han dado demasiados detalles, el periódico polaco «Rzeczpospolita» asegura que el inquilino del Elíseo contempla el despliegue de cinco brigadas que sumarían 40.000 soldados entre Ucrania y Rusia. Un contingente estaría dirigido por Polonia, aunque el gobierno de Donald Tusk no ve con buenos ojos este tipo de iniciativas. La posición de Alemania, que se enfrenta el próximo 23 de febrero a elecciones legislativas, puede inclinar la balanza hacia uno u otro lado.
Mientras tanto, el presidente Volodímir Zelenski se muestra reticente ante esta posibilidad y cree que los europeos, sin la participación de Estados Unidos, no son capaces de cumplir esta promesa. Aunque el propio Zelenski quiere que la guerra termine este 2025, mantiene que no debe ser a cualquier precio. Al ser preguntado esta pasada semana en el foro de Davos sobre cuántos efectivos europeos serían necesarios para que las fuerzas de Vladimir Putin no volvieran a atacar el país, el líder ucraniano aseguró que serían necesarios 200.000 cascos azules «como mínimo». Una cifra que los analistas consideran imposible de conseguir.
En una entrevista a la agencia «Bloomberg», también durante su participación en el Foro de Davos, el mandatario ucraniano volvió a recalcar que cualquier iniciativa para asegurar al seguridad de Ucrania «no puede realizarse sin Estados Unidos. Aunque algunos amigos europeos piense que poder ser, no, no pude ser. Nadie correrá riesgos con Estados Unidos», volvió a incidir.
El debate sobre el futuro de Ucrania se enmarca dentro de uno mucho mayor: la capacidad de la UE de defenderse a sí misma y dejar de depender del manto protector estadounidense. El nuevo presidente de Estados Unidos aprovechó su participación vía telemática en el Foro de Davos para pedir, ya oficialmente, que los aliados destinen el 5% de su PIB a la Defensa. Actualmente tan solo dos tercios de los aliados llegan a la meta del 2 por ciento establecida en el año 2014 y llegar al objetivo exigido por Washington parece casi imposible. A pesar de esto, Trump tiene algunos aliados en Europa. «Hay quien piensa que es una extravagancia o una maldad gastar hasta el 5% de nuestro PIB en cuestiones de seguridad. Pero en los tiempos que corren, Europa no puede permitirse ahorrar en seguridad. Yo soy el primer ministro de un país que está invirtiendo casi el 5% en seguridad y no lo invierte únicamente en la suya propia, sino en la seguridad de toda Europa», defendió esta pasada semana el primer ministro polaco, Donald Tusk. Varsovia, país limítrofe con Ucrania, rozará este año el 5% ya que está previsto que destine el 4,7% del PIB.