El mensaje de Can Cerdà: el "Lourdes barcelonés"
Cerca de la Ciudad Condal, en la carretera que lleva del barrio barcelonés de Horta al municipio de Cerdanyola del Vallès, hay un lugar denominado "Can Cerdá" que, a mediados de los pasados años 70, tuvo un gran protagonismo en los medios de comunicación.
El motivo fue la gran concentración de miles de fieles que acudían allí atraídos por la noticia de que, presuntamente, se aparecía la Virgen Maria los días 11 de cada mes. Esto remitía directamente a sus apariciones en Lourdes en 1858, que comenzaron un 11 de febrero y en las que se reveló como la "Inmaculada Concepcion", y que hoy es venerada como santa Bernadette Soubirous.
De esa manera quiso Ella ratificar personalmente el Dogma Inmaculista que 4 años antes ,el 8 de diciembre de 1854, había sido definido solemnemente por el Papa, hoy beato, Pio IX. La fiesta litúrgica de Lourdes se celebra cada 11 de febrero, y un día 11 (de noviembre) fue el día en el que comenzaron a producirse los hechos que narramos, y que también sucederían cada día 11 a una sencilla mujer de 54 años, casada y con dos hijos, de nombre "Pepita" Pugés.
Corría el 8 de noviembre de 1974 cuando esta mujer sintió en Horta que una mujer que ella identificó como la Virgen Maria le pidió que 3 días después (el día 11) acudiera a un lugar –entonces desconocido para ella– ubicado en la sierra de Collserola próximo al Tibidabo, y que Ella bendeciría con Su presencia. Así lo hizo acompañada de un pequeño grupo de cuatro amigas, y ese día la vio aparecerse sobre un árbol caído estando en éxtasis.
La identificó como la Virgen de Lourdes, devoción que conocía bien por haber acudido allí, donde había sanado en la piscina de una grave enfermedad que padecía desde tiempo atrás.
Le dijo que acudiera allí el día 11 de cada mes y que ese lugar sería bendecido por Ella. Pues bien, aquel día 11 de noviembre comenzarían los hechos que son conocidos como "el mensaje de Can Cerdà", una obra escrita con ese título por el sacerdote Juan Roig Gironella sj., que será su director espiritual.
Las apariciones, que se sucedieron durante 2 años, fueron unas 70 a la vidente Pepita, hasta que dejó de asistir al lugar en obediencia al Arzobispo de Barcelona, que se lo había prohibido en 1976. En 1975 la Virgen bendijo una fuente existente en el lugar diciendo que "sanaría el cuerpo y las almas", que Ella era "la Virgen de Lourdes, que había venido para bendecirlos" y que "allí hallarían la paz y el refugio de su Corazón Inmaculado(...)". "Hijos míos cuando haya un Santuario será el refugio de pecadores y desamparados".
Expectación mediática
Un momento culmen se produjo en marzo de 1976, cuando la prensa, la radio y la misma televisión(y entonces sólo existía una, la televisión española...) se hicieron eco de los sucesos con gran despliegue informativo, incluido un programa especial del "Informe Semanal" de TVE .
La consecuencia fue doble; por una parte con una asistencia multitudinaria de miles de personas el día 11 de abril y, por otra, con un comunicado oficial de la archidiócesis barcelonesa negando la existencia de hechos sobrenaturales, prohibiendo la asistencia de clérigos y recomendando la no presencia de los fieles laicos a dicho lugar. Comenzaría así una nueva etapa de la historia de Can Cerdà, con la vidente sin volver a asistir allí hasta su muerte, en 1978, en obediencia al obispo.
Una capilla sobre el árbol caido
Sin embargo, en 1986, el arzobispado barcelonés cambió radicalmente de criterio y autorizó la construcción de una capilla en el lugar donde se produjo la primera aparición en 1974, sobre aquel árbol caído .
Tras sucesivas peripecias, finalmente la capilla seria consagrada con una misa concelebrada por varios sacerdotes y presidida por el obispo auxiliar de Barcelona, Mn.Pere Tena, el día 11 de febrero de 2001 –fiesta de la Virgen de Lourdes– con asistencia de miles de fieles devotos del lugar.
No es un hecho que pueda pasar desapercibido esta construcción y Consagración de la Capilla pedida por la Virgen, que es un reconocimiento indirecto a la veracidad de las revelaciones anunciadas por la vidente ya fallecida desde hacía más de 20 años.Como tampoco pueden obviarse las numerosas curaciones y conversiones obtenidas del agua bendecida de la fuente.
Incluso puede añadirse que el Cardenal Narcis Jubany, siendo arzobispo emérito de la diócesis barcelonesa, visitase el lugar expresando una clara devoción.
Lamentablemente,Can Cerdà parece desde entonces casi abandonado a su suerte, pese a que una fundación privada se hizo con la propiedad del lugar en 1986 para garantizar su cuidado y mantenimiento y promover y difundir el culto en él.
Los "Devotos de Can Cerdà"
Por este motivo, un grupo de fieles autodenominado "Devotos de Can Cerdà" está dando difusión al estado del enclave, en especial del manantial cuya agua fue bendecida por la Virgen, que actualmente permanece cerrado para que los fieles no puedan acceder a la fuente, de la que, además, no permiten que mane el agua.
Precisamente bebiendo de esta agua, según el sacerdote Juan Roig sj., muchos devotos habían sanado de sus enfermedades corporales y espirituales, a los que tampoco se les permite ahora el acceso al lugar donde tradicionalmente se rezaba el Vía Crucis en el interior del recinto .
Mañana, 26 de enero este grupo de devotos ha convocado una peregrinación al recinto que incluye el rezo del Santo Rosario, una misa a las 12.30 en la capilla y una visita al bendecido manantial. Su voluntad es que Can Cerdà reviva atrayendo a gente dispuesta a implicarse para difundir el mensaje, y ayudar a su recuperación.
Hace unos días, el 11 de enero, se cumplió el 50 aniversario de la bendición del manantial por la Virgen, al igual que el 11 de noviembre pasado se cumplieron 50 años de su primera manifestación, sin una particular difusión y convocatoria por quienes tienen un especial deber de hacerlo.
Es significativo –recordando lo expresado por san Juan Pablo II acerca de los "designios de la Providencia"– que todos estos acontecimientos se produjeran coincidiendo siempre con el día 11 de cada mes –fiesta de la Virgen de Lourdes en febrero– quien había manifestado que era Ella, y que había venido para "salvar a Barcelona,Cataluña, a toda España y todo el mundo".
Con los nuevos criterios de discernimiento sobre este tipo de sucesos, establecidos por la Santa Sede a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en mayo de 2024, no debería haber excesivos problemas para conseguir el "nihil obstat" de Roma para Can Cerdá. Pero es necesario acreditar afluencia de fieles y expresar clara adhesión a la doctrina de la fe católica, sin pronunciarse la Iglesia acerca de un eventual origen sobrenatural de los acontecimientos.
Con estas nuevas normas han sido "aprobadas" recientemente las apariciones de la Virgen Dolorosa en Chandavila, enclave fronterizo con Portugal , sucedidas en mayo de 1945, recién finalizada la Segunda Guerra Mundial en Europa.
España es "nación Inmaculista", proclamada así por el Papa beato Pio IX, al definir el Dogma y ordenar que el primer monumento a la Inmaculada fuera colocado en su honor en la Plaza de España de Roma, que entonces todavía era la capital de los Estados Pontificios.
Dada la histórica devoción del pueblo español hacia la Virgen Maria, y muy particularmente en su advocación Inmaculista, presente en multitud de templos, catedrales, basílicas, iglesias y ermitas que pueblan España, ésta venida Suya a Can Cerdà sería una confirmación más de este singular vínculo de la Inmaculada Concepcion con nuestro país. No en vano Juan Pablo II denominó a España como " tierra de Maria" al despedirse de ella desde Madrid, al finalizar su quinta y última visita apostólica efectuada el 3 y 4 de mayo de 2003.