Keys destrona a Sabalenka y gana el Open de Australia, su primer Grand Slam
Madison Keys es la campeona del Open de Australia 2025, un torneo antológico para ella, en el que venció en semifinales a Swiatek, antes a Rybakina y Svitolina, siempre forzando los tres sets, para subir la apuesta en la final y superar a la reina de Melbourne, campeona los dos últimos años, y a la gran dominadora de la pista dura: Aryna Sabalenka (6-3, 2-6 y 7-5). Cómo lloró la estadounidense cuando se abrazó a su equipo de trabajo. Después, le entró una risa nerviosa, de esa incontrolable cuando se lía una como la que lio ella. Y cómo lloró Sabalenka, después de felicitar a la vencedora. Se sentó en la silla y se puso la toalla en la cabeza para taparse. Se marchó al vestuario para pasar el mal trago antes de la entrega de trofeos y regresó con la sonrisa de siempre y las bromas habituales en sus discursos.
El partido fue un dolor de cabeza para la número uno del mundo, ante una rival que llegaba en forma y que, en realidad, siempre está ahí. Keys no tenía ningún Grand Slam en su palmarés, pero ya había jugado una final, la del US Open 2017 contra Sloan Stephens. Aparte de aquella y sin contar este Open de Australia, otras cuatro veces había estado en semifinales de un torneo de este tipo. Son diez años acabando entre las 20 mejores, lo que habla de su regularidad, pese a que gran parte de 2024 se lo perdió por una lesión en el hombro de la que se acordó después en el discurso. Las lesiones siempre son la peor pesadilla de los deportistas. 2025 lo comenzó con el triunfo en Ackland. Estaba en un gran momento.
Sabalenka, por su parte, se impuso en Brisbane antes de ir a Melbourne. Llegaban las dos invictas, han sido las mejores en este arranque y el equilibro se notó en la final. Que la favorita no estaba cómoda se vio desde el principio. Si en las semis contra Paula Badosa empezó con un break en contra y desde ahí fue un vendaval, esta vez también arrancó con una rotura en contra, pero no tuvo la misma reacción. Insegura en el saque, con muchas dobles faltas, miraba a su banquillo y no entendía nada. La potencia de sus golpes encontraban respuesta en Keys, que también es una gran pegadora y que se puso 5-1 en el primer set. Encontraba la tenista de Illinois ganadores que dejaban a la mejor jugadora del mundo incrédula.
Supo defenderse y sufrir, contragolpear y atacar cuando tenía posición. La respuesta de Sabalenka comenzó ya en el final de este parcial inicial, y tomó forma después, de una manera inesperada. La bielorrusa es una tenista de acero, que pega y pega hasta desarmar a la rival. Lo que ha encontrado los últimos años es consistencia, porque los errores no se le disparan. Pero además ha ido incluyendo más registros. La reacción no llegó a través de la fuerza, lo hizo por medio de la sutileza, de los golpes cortados, las dejadas.
Una derecha ganadora para cerrar
Pero no tenía la número uno sensaciones increíbles. A Keys, en cambio, no le minó la moral la situación ni le pudo el escenario. Sacaba primero en el parcial definitivo y no tembló. Al revés, pasado el bajón del set anterior, subió el nivel ante la exigencia. Los servicios se imponían, y cuando todo parecía dirigido al tiebreak final, llegó la revolución. Con 6-5, primero forzó un error de Sabalenka y después apretó para ponerse 0-30. Estaba a dos puntos de la gloria. Redujo distancias Sabalenka con un gran saque, pero Keys decidió que no iba a dejar escapar la oportunidad. La primera pelota definitiva no la pudo concretar, pero en la segunda apretó con su fantástica derecha para cerrar el duelo por todo lo alto, con un ganador. Tras años de pelea, ya puede presumir de su primer Grand Slam.