Trump y Netanyahu, los grandes ausentes en el Día del Holocausto
Pocos minutos antes de que se ponga el sol hoy sobre Polonia los ojos del mundo entero estarán fijos en el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. Se cumplen 80 años desde que el mayor cementerio de la Historia fuera liberado y 54 delegaciones de todo el planeta estarán aquí esta tarde para honrar a las víctimas. A ellas se unirán los Reyes de España acompañados por el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres. de Estado. También acuden el rey Carlos III de Inglaterra, los reyes de Bélgica, Dinamarca y Países Bajos, además de los jefes de Estado de Francia, Alemania o Italia.
Don Felipe y doña Letizia ya estuvieron presentes en el 75 Aniversario del cierre de Auschwitz en la que fue su primera visita a este lugar de memoria y peregrinación. Durante su participación en el acto de 2020, Felipe VI firmó en el libro de honor del campo: «Las palabras son poderosas si están seguidas de acciones. Actuemos para preservar la memoria con verdad, solidaridad y con educación, y el compromiso con firmeza. Que la humanidad no vuelva a caer en un horror así». El mensaje termina con los Reyes manifestándose «profundamente conmovidos y honrados de representar a España en Auschwitz-Birkenau». En aquella ocasión, don Felipe y doña Letizia pudieron recorrer el lugar de infausto recuerdo antes de la ceremonia oficial y visitaron varios barracones entre los que se encontraba el número 7. Allí sigue la fotografía de uno de los españoles asesinados en este campo, el valenciano Joaquín Corteillo.
El esfuerzo del que hablaba el Rey por mantener vivo el recuerdo de un genocidio que nunca debe repetirse se antoja más necesario que nunca. Las nuevas generaciones se encuentran mucho más alejadas emocionalmente del Holocausto pese a que los libros y el cine lo traen al primer plano de manera cíclica y con diferentes enfoques. Según los expertos, los actos de antisemitismo en el mundo han aumentado en el último año y medio. La guerra entre Hamas e Israel ha despertado viejos fantasmas y ha exacerbado los ánimos en todos los frentes.
Especialmente sonora será la ausencia hoy del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien ha decidido enviar a su ministro de Cultura, Yoav Kisch. La Corte Penal Internacional (CPI) dictó el pasado mes de noviembre órdenes de detención contra Netanyahu y su ex ministro de Defensa, así como contra un dirigente de Hamás, Ibrahim Al-Masri, por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad durante la guerra de 15 meses en Gaza. Las naciones miembro de la CPI, como Polonia, están obligadas a detener a los sospechosos sobre los que pesa una orden de detención si atraviesan sus fronteras, aunque el tribunal no tiene forma ejecutiva de hacer cumplir esa obligación.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha insistido en que su homólogo israelí no iba a ser detenido si asistía a los actos del aniversario pese a la orden del CPI . La oficina de Tusk publicó a principios de enero una resolución en la que decía que garantizaría la «participación segura de los líderes de Israel en las conmemoraciones»: «Confirmo que quienquiera que venga (de los líderes israelíes) a Oswiecim para las conmemoraciones en Auschwitz tendrá garantizada su seguridad y no será detenido». En cualquier caso, Netanyahu no ha querido arriesgarse. Huelga decir que Israel no es miembro de la corte y que cuestiona su jurisdicción.
Otra de las delegaciones hoy aquí con ínfima representación será la estadounidense. El recién nombrado presidente Trump parece tener cosas más importantes que hacer y no ha considerado oportuno ni siquiera enviar a su vicepresidente, J. D. Vance, pese a que la semana pasada su nombre era el que más sonaba en los medios de comunicación polacos. Finalmente será Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, quien se una a la conmemoración. La anómala representación de Israel y EE UU en un día como el de hoy demuestra lo que ha cambiado el mundo en estos 80 años. y el riesgo que existe de que la fuerte impronta emocional del Holocausto vaya perdiendo hondura. Cada año que pasa el número de supervivientes con vida se va reduciendo y crece la importancia de los símbolos para mantener vivo el recuerdo.
Un vagón de tren representará hoy el sufrimiento de millones de personas muertas a manos de los nazis. Desde 2009 se encontraba en el lugar exacto en el que los doctores de las SS seleccionaban a los judíos deportados que bajaban del ferrocarril de carga que los traía desde los guetos. La mayoría eran conducidos directamente a las cámaras de gas, donde encontraban la muerte.