Mónica García se queda sola con su plan para dinamitar Muface
La nueva inyección de 330 millones de euros que el Gobierno ha puesto encima de la mesa para salvar Muface ha dejado en muy mala posición a Mónica García.
A la ministra de Sanidad le escuece la confianza del Ejecutivo en el modelo mutualista como opción de asistencia sanitaria para 1,5 millones de personas (entre funcionarios titulares y beneficiarios), frente a la que ella defiende como "la mejor sanidad pública del mundo".
Prueba de ello es que ha mostrado abiertamente su "contundente discrepancia" con el Ministerio de Función Pública, y ha calificado de "mala y decepcionante noticia" el acuerdo aprobado en el Consejo de Ministros que elevó a 4.808,5 millones el presupuesto para el concierto sanitario de la Mutualidad en los próximos 3 años.
Frente a la positiva acogida de la decisión del Ejecutivo por parte de la mayoría del sector sanitario (incluidas las aseguradoras) y de los propios funcionarios afectados, García no pudo ocultar su sensación de fracaso, ya que su ministerio apostaba en todo momento porque se pusiera fin a "un sistema anacrónico que no existe en ningún lugar del mundo, que es ineficiente y, como ya ha demostrado, a los pacientes, cuando vienen mal dadas, les va a dar una patada", ha señalado.
"Se han primado las cuentas de resultados de las aseguradoras por encima de las cuentas de resultados en salud de los ciudadanos", ha añadido.
La negociación de su homólogo en el Ministerio de Función Pública, Oscar López, con las aseguradoras y el esfuerzo económico del Gobierno son una prueba irrefutable de que apuestan por el modelo de colaboración público-privada para la asistencia sanitaria de los funcionarios, y también de que no confían en un Sistema Nacional de Salud (SNS) herido de muerte por su infrafinanciación, la ineficiencia de sus recursos, las listas de espera de récord y el abandono de los profesionales sanitarios, para los que no es atractivo.
Solo hay que pensar en la dimensión de la crisis que se ha generado en los últimos meses, y que aún no está superada del todo.
Al contrario que García, Oscar López se ha mostrado muy satisfecho con la decisión tomada por el Gobierno, cuya tarea, destacó, es "resolver problemas", en referencia a la posible deserción del contrato si no se modificaban las condiciones de la segunda licitación. "La tarea de un Gobierno es resolver problemas, y yo estoy encantado de resolverlos", afirmó.
A la espera de que se publiquen los pliegos "bis", López ha asegurado que está "absolutamente convencido" de que "con las nuevas condiciones, y algún mensaje he escuchado ya, será posible renovar el concierto para los próximos 3 años".
Preguntado por los plazos para que las aseguradoras presenten sus ofertas, el ministro indicó que hay "plazos internos" y que "tan pronto como sea posible" se acordará la fecha límite.
Adeslas y Asisa, compañías elegidas por la mayoría de los mutualistas, ven viable llegar a un acuerdo.