El rasgo de la personalidad que te 'abrirá más puertas', según un estudio del comportamiento
A la hora de presentarse a una entrevista de trabajo, existen muchas herramientas que de pueden adquirir y resultan de gran ayuda: hacer un buen estudio de la empresa antes de acudir, vestirse conforme a la ocasión, hablar de forma tranquila, cumplir con los requisitos exigidos, mostrar apertura y flexibilidad ante las tareas a realizar... Pero existen otras que, simplemente, no son se pueden 'entrenar', y que están más relacionadas con la forma de ser de cada cual.
Muchas veces se escucha aquello de que uno debe mostrarse 'tal y como es', de la manera más 'auténtica' posible, aunque no suele ser el primer impulso cuando hay algo tan importante en jurgo como puede ser un puesto laboral. Sin embargo, recientes investigaciones apuntan a que ser comedido tal vez no constituya la mejor estrategia social, sino todo lo contrario.
La naturalidad no es una cualidad que se pueda ejercitar, aunque puede que baste simplemente con no reprimirse por miedo o nerviosismo. Por supuesto, siempre todo en su justa medida: saber mostrar la mejor versión de uno mismo requiere algo de equilibrio y conocimiento social. Cuando se acude a una entrevista de trabajo, los reclutadores ya conocen toda la información que les hemos proporcionado previamente en el currículo, así que lo mejor es mostrarles aquella parte de nosotros que no conocen: la personal, cómo somos en el trato cercano.
El escritor, político y orador romano Cicerón hizo popular la frase "la cara es el espejo del alma", en referencia a lo difícil que es tratar de esconder nuestros sentimientos o impresiones a la persona con la que conversamos de cerca. Pero esta sentencia tiene una segunda parte que no siempre se menciona, y que es igual o más importante: "y los ojos sus delatores".
El rasgo de la personalidad que te 'abrirá más puertas', según un estudio del comportamiento
En las últimas semanas, el experto en comunicación no verbal, guardia civil y creador de contenido @cienciascomportamiento compartió un vídeo en el que explicaba desmentía las razones por las que muchas personas se sienten inseguras: "tengo problemas porque soy demasiado expresivo/a". Para ello, hacía alusión a un reciente estudio que afirma que la expresividad facial constituye incluso un factor beneficioso en la mayoría de situaciones.
Este estudio realizado por Kavanagh, Whitehouse y Waller fue publicado en 'Scientific Reports' en 2024, bajo título de "Ser expresivo facialmente es socialmente ventajoso" ("Being facially expressive is socially advantageous"). En él, los investigadores rechazan la idea de que mostrarse reservado y ocultar los sentimientos tienda a ser más provechoso.
Para su investigación, los expertos llevaron a cabo videollamadas semiestructuradas con 52 participantes que interactuaron con un cómplice en diversos contextos cotidianos. Fragmentos de estas videollamadas fueron evaluados por 176 observadores independientes. Además, en un segunda parte del estudio, se analizaron videollamadas de 1,315 participantes en interacciones no estructuradas.
A través de un sistema automatizado de codificación de acciones faciales, se midió la expresividad facial de los participantes, y fueron recopiladas autoevaluaciones de personalidad e impresiones de los compañeros de interacción. Los investigadores encontraron que la expresividad facial varió significativamente entre individuos, pero se mantuvo constante a través de diferentes contextos, compañeros sociales y momentos.
Por norma general, los participantes más expresivos facialmente fueron percibidos como más agradables y afables. Además, aquellos que también eran más afables tuvieron más éxito en negociaciones. La expresividad facial se asoció con rasgos de personalidad como la afabilidad, la extraversión y el neuroticismo. Los resultados del estudio sugieren entonces que "la conducta facial es una característica individual estable que ofrece ventajas sociales, indicando una función adaptativa y afiliativa".
Como explicaba el experto español, el estudio demostró que las personas que son más competentes, pero también más 'legibles' facialmente, son valorados como "mucho mejores compañeros" que el resto. Aplicando estos conocimientos a las entrevistas de trabajo, se puede concluir que tratar de reprimir cualquier reacción física a los sentimientos puede resultar mucho menso ventajoso que mostrarse con sinceridad y naturalidad.