La UE debate cómo rearmarse para ganar en autonomía frente a EE UU
El pasado 22 de enero en su discurso ante el hemiciclo europeo, el primer ministro polaco, Donald Tusk alertaba de la “incertidumbre”, la “desorientación” y “cierta crisis espiritual” que atenazan a a los Veintisiete.
La semana pasada, la Comisión Europea presentaba su “Brújula estratégica” para que la renqueante economía europea sea capaz de ganar en competitividad y hacer frente al empuje de EE UU y China y, este lunes, ha tenido lugar una cumbre extraordinaria con un formato sui generis que ha sido bautizada por el presidente del Consejo, Antonio Costa, como “retiro”.
Un intento de escapar del mundanal ruido para hacer frente a problemas espirituales y encontrar el norte, ante una nueva era de fuerte competencia geopolítica, en la que los equilibrios de la segunda mitad del siglo XX parecen haber desaparecido y la UE debe reinventarse ante el peligro de acabar muriendo.
“Mi intención con este retiro es mantener un debate franco, abierto y libre”, ha defendido Costa poco antes del inicio de un reunión que no alumbrará un texto de conclusiones pactado entre los socios sino tan solo una “discusión estratégica”.
Se espera que sirva de base para elaborar el libro blanco sobre Defensa que la Comisión Europea se ha comprometido a presentar en sus primeros 100 días de mandato y que debe establecer una hoja de ruta para que la UE se rearme, ante un entorno cada vez más hostil.
En la rueda de prensa tras la cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abrió la puerta a flexibilizar las reglas fiscales para permitir a los Estados miembros elevar las inversiones públicas en Defensa, a la vista de que Europa vive "momentos extraordinarios" por la urgencia que supone la invasión rusa de Ucrania. "Para momentos extraordinarios es posible tener medidas extraordinarias, así que miraremos en profundidad para tener más flexibilidad que permita el pacto de estabilidad para tener más espacio fiscal para aumentar el gasto en Defensa a nivel nacional", ha señalado la jefa del Ejecutivo comunitario.
Costa inicialmente quería celebrar la cumbre en el castillo de Limont, a una hora de la capital comunitaria, pero por problemas de seguridad ha debido conformarse con reunir a los líderes europeos en el palacio Egmont, un bello edifico del siglo XVI, en el centro de Bruselas. Lejos de los periodistas y del habitual trasiego del barrio que alberga las instituciones comunitarias.
Pero la espiritualidad no está reñida con el dinero. La UE quiere ser más autónoma respecto a Estados Unidos, pero también quiere convencer a Trump de que el club europeo puede seguir colaborando con Washington. Como muestra, la necesidad de aumentar el presupuesto en Defensa. Actualmente tan solo dos tercios de los aliados de la OTAN cumplen la meta del 2% que se estableció en el año 2014 (España confía en hacerlo en el año 2029, ahora está a la cola con el 1,28%) y se espera que en la cumbre que tendrá lugar este próximo mes de junio en la Haya, los aliados establezcan un nuevo objetivo de al menos el 3% del PIB.
A Trump esto le parece poco y quiere un 5%. Todo indica que será el actual secretario de la alianza, Mark Rutte el encargado de mediar entre Bruselas y Washington. El ex primer ministro de Países Bajos ha sido invitado a almorzar con sus antiguos colegas europeos. “El nivel exacto lo decidiremos dependiendo de las carencias de capacidad militares que detectemos. En base a eso decidiremos el nuevo compromiso, peo será considerablemente más alto del 2%”, ha asegurado.
El canciller alemán, Olaf Scholz, también ha defendido gastar “al menos" el 2% en Defensa y ha pedido que “unos pocos Estados recorran el resto del camino.
No solo se trata de gastar más sino de hacerlo mejor. La UE no quiere depender tan solo de los presupuestos nacionales y busca desarrollar capacidades comunes con dinero europeo, pero la gran duda es de dónde saldrán los recursos.
Según la Comisión Europea, la UE necesita invertir 500.000 millones en Defensa durante la próxima década mientras que en el presupuesto comunitario entre 2021-2027 solo se destinarán 8.000 millones de euros. Las partidas para el próximo periodo presupuestario a partir de 2028 comenzarán a debatirse este verano, pero para muchos socios hay poco tiempo que perder y no quieren esperar hasta dentro de tres años.
El pasado viernes, 19 países- entre ellos España pidieron al Banco Europeo de Inversiones (BEI) una mayor implicación en la concesión de préstamos. Hasta ahora, el banco tan solo sufraga proyectos de doble uso civil y militar (como drones ) pero estos países quieren que el dinero pueda utilizarse para financiar municiones, armas, explosivos y equipos o infraestructuras dedicados al uso militar y policial.
Pero no solo se trata de saber de dónde saldrá el dinero sino de qué tipo de armas comprar. Francia cree que la Unión Europea debe priorizar el Made In Europe para relanzar su propia industria y depender menos de Washington.
“No habrá respuesta a la cuestión de seguridad de Europa a menos que los europeos lleven más lejos su industria de defensa y su base industria y tecnológica de defensa, que asuman más inversiones y adopten una preferencia europea”, ha defendido Emmanuel Macron a su entrada a la cumbre. Un enfoque que no es compartido por el resto de sus homólogos ,que temen que esto soliviante aún más a EEUU, y abogan por seguir comprando armas estadounidenses para apaciguar a Trump.