Trump y Netanyahu renuevan en la Casa Blanca su alianza contra Irán
La visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a la Casa Blanca marca un momento crucial en las relaciones entre Estados Unidos e Israel. Netanyahu es el primer líder extranjero en reunirse con el presidente Donald Trump desde su retorno a la presidencia, en medio de un complejo panorama diplomático y geopolítico.
Desde el inicio, se esperaba que el encuentro esté cargado de cordialidad. Sin embargo, la relación entre ambos líderes es más intrincada de lo que aparenta. Su reunión tiene implicaciones determinantes para el futuro de Medio Oriente, especialmente en lo que respecta a la tregua en Gaza, la posible normalización de relaciones con Arabia Saudita y las tensiones con Irán.
El proceso de negociación para la segunda fase del acuerdo de cese al fuego en Gaza es uno de los temas más urgentes entre los mandatarios. Trump ha asumido el crédito por el acuerdo previo de intercambio de rehenes por la tregua, asegurando que su inminente llegada a la Casa Blanca influyó en la presión sobre Israel y Hamás. La estrategia hizo parte de su plan para borrar todo legado de su antecesor, Joe Biden. Sin embargo, ahora el presidente ha mostrado escepticismo sobre la sostenibilidad del pacto. “No tengo garantías de que se mantenga”, declaró, reflejando la incertidumbre que rodea la situación.
Steve Witkoff, su enviado para Medio Oriente, ha estado profundamente involucrado en la implementación del acuerdo e incluso visitó Gaza en una misión de reconocimiento. Aunque se muestra más optimista que su jefe, la realidad es que el proceso sigue siendo frágil.
Además del cese al fuego, se espera que Trump y Netanyahu discutan el futuro de Gaza. El republicano ha sugerido la posibilidad de trasladar a los palestinos a Egipto y Jordania para facilitar la reconstrucción del enclave, una propuesta que seguramente generará reacciones mixtas en la región.
Otro punto clave es el enfoque hacia Irán. Se esperaba que Netanyahu aprovechase la reunión para evaluar la disposición de Trump a apoyar un ataque directo contra las instalaciones nucleares iraníes, especialmente en un momento en que los ‘proxies’ del régimen de los ayatolas han sido debilitados y su programa nuclear parece avanzar rápidamente.
Sobre esto vale la pena decir que, aunque Trump ha expresado su deseo de resolver la situación sin recurrir a la fuerza, no ha cerrado completamente la puerta a la posibilidad de una acción militar si la diplomacia fracasa.
Uno de los logros más importantes de la administración Trump en su primer mandato fueron los Acuerdos de Abraham, que normalizaron relaciones entre Israel y varios países árabes. Ahora, la posibilidad de un acuerdo con Arabia Saudita es el “premio mayor” tanto para el mandatario estadounidense como para su homólogo israelí. Un acuerdo de este tipo no solo fortalecería a Israel en la región, sino que también crearía un bloque más sólido contra Irán.
El encuentro también sirve como punto de análisis para la relación personal entre ambos líderes. Si bien Netanyahu ha sido un aliado clave de Trump, su convivencia ha pasado por momentos difíciles. Durante la administración Biden, las tensiones entre ambos alcanzaron niveles sin precedentes, con largos periodos sin comunicación directa. Netanyahu apostó por un triunfo de Trump en las elecciones y su cálculo resultó correcto. La nueva administración ya ha revertido restricciones impuestas en su momento por el demócrata sobre la entrega de armas a Israel, y durante la visita, Netanyahu parece que ha presionado por la aceleración de ventas millonarias en equipamiento militar.
Sin embargo, Trump nunca olvidó lo que consideró una “traición” por parte de Netanyahu cuando este felicitó a Biden por su victoria en 2020. Durante años, el exmandatario evitó cualquier contacto con el primer ministro israelí y solo recientemente han reanudado su relación política de la manera más pragmática que han conseguido. Y es que con el republicano de vuelta en la presidencia, Netanyahu busca asegurar el respaldo de su aliado más poderoso en un momento de profunda incertidumbre para su país y la región.