Activistas radicales elaboran un manual para destapar a policías infiltrados: "Pedir la vida laboral"
Pedir la vida laboral o la partida de nacimiento. Estos son algunos de los nuevos requerimientos que llevan a cabo los activistas radicales de extrema izquierda con el objetivo de destapar a los posibles policías infiltrados que sospechan que hay en sus movimientos. Para ello han elaborado un manual, al que ha tenido acceso LA RAZÓN con directrices en base a los casos que dicen haber sufrido.
Este documento que consta de casi medio centenar de páginas se denomina "Manual para destapar a un policía infiltrado" y está realizado en base de los datos obtenidos entre 2022 y 2024 de "infiltraciones policiales en organizaciones políticas de izquierda". "Va dirigido a toda la militancia pasada, actual y futura así como a todas las organizaciones y colectivos que estén mínimamente preocupadas por la seguridad en sus espacios", comienzan el texto.
"Consideramos fundamental hacer públicas todas las informaciones y datos obtenidos en los casos destapados hasta ahora y que no habían sido publicados aún. Evidentemente no nos referimos a detalles morbosos y sensacionalistas que nos puedan exponer innecesariamente y que no aporten nada útil a los objetivos que buscamos, sino a las cuestiones que realmente ayuden a entender el funcionamiento de estas prácticas represivas", exponen.
Los activistas subrayan que es importante que "toda la militancia" aprenda estas técnicas. "Si huye, es un policía infiltrado menos en nuestras organizaciones. Si se queda, tenemos muchas probabilidades de pillarles", añaden. La mayoría de los casos se inician por sospechas del entorno. Podemos y debemos tomar cartas en el asunto. Tenemos los medios y capacidades para poder investigar estas sospechas sin depender de nadie, dándole la visión política que corresponde y siempre supeditada a los intereses militantes y a ninguno más. Sabemos que los infiltrados no destapados se trasladan a otros colectivos y asambleas", remarcan.
A pesar de todos estos movimientos, los radicales subrayan que se deben aportar "pruebas sólidas" para respaldar la teoría de los policías infiltrados porque acusaciones infundadas pueden provocar la "destrucción de grupos y causar daños políticos y personales irreparables". El objetivo del texto es aportar "patrones comunes, pautas y recomendaciones" al iniciar una de estas investigaciones y tomar medidas de seguridad sobre estos militantes.
Investigar policías infiltrados
"La mayoría de las sospechas pueden empezar cuando observamos la vestimenta, sus opiniones políticas, sus redes sociales, la falta de arraigo, un vacío en su historia de vida o simplemente que es una persona rara que no encaja", explican. "Indagar en la vida de alguien que considerabas compañero de militancia o amigo nunca es fácil. Por ello puede ser útil introducir en el proceso a alguien de confianza, pero que no tuviera lazos con la persona sospechosa, y que pueda orientar al resto", prosiguen.
En el documento también aleccionan sobre qué pautas llevar a cabo en sus investigaciones. "Dibujad 14 cronogramas, mapas, listas de contactos, acontecimientos y lugares en los que esa persona pueda haber estado. Buscad huecos en el cronograma de acontecimientos y haced una lista de aquellas personas que puedan ser capaces de rellenarlo", proponen.
"La fecha del cumpleaños siempre es un dato importante, y que en nuestros casos suele coincidir la falsa con la real. También los relatos acerca de su niñez, familia, trabajo, etc. No es raro que los infiltrados utilicen datos de su vida 'real' para dar credibilidad a su historia, aunque el grado en los que esos detalles sean valiosos es relativo", remarcan en el texto.
Revisar las redes sociales
"La certeza absoluta sobre policías infiltrados solamente se ha dado cuando se ha descubierto su nombre real. En algunos casos esto se ha revelado por descuidos y errores del infiltrado en cuestión que posibilitaron descubrirlo, como en el caso de Dani, quien regaló un pendrive a un militante con el que militaba pensando que había borrado la información que anteriormente contenía. Se consiguió recuperar y eran fotos suyas con el uniforme de policía en la Academia de Ávila, fotos con sus compañeros policías, etc", desvelan.
Otro de los factores que consideran de especial relevancia es que el "uso de infiltrados" ha tenido "efectos secundarios inesperados", como el archivo de casos judiciales o la ayuda indirecta a ciertas acciones. "Sabemos de casos en los que la presencia de un policía infiltrado ha permitido proteger a militantes, ya que el agente no podía actuar sobre la base de cierta información por miedo a descubrirse o porque también estaba inmerso en una causa judicial con su identidad falsa de militante", añaden.
Uno de los signos que consideran los radicales de advertencia es que, en la mayoría de los casos, los infiltrados han tenido "muy poco que decir en relación con la política del movimiento en el que se infiltran". "Aunque muestren interés en escuchar a los demás, apenas aportan nada y, por lo general, evitan o se alejan de esos debates", destacan. Alejarse de la militancia durante épocas y contactar con sus familiares son otras de sus "luces rojas".
Las dotes de conducción
"Un ejemplo muy claro es el de Carlos: no tenía apenas decoración, daba la sensación de que allí realmente no vivía nadie, le salía el agua marrón del grifo. También el de María, que vivió tres años en un apartamento turístico sin cambiar ni un cuadro, piso convertido en ese momento en alquiler de vivienda habitual por la falta de turistas durante el COVID", dicen.
Asimismo, resaltan aspectos de interés como su "habilidad para conducir por encima de la media" o que no quieren generar polémicas dentro de los grupos. Además, valoran su disposición a ayudar al resto de personas con dinero. Las redes sociales o las fotografías son otros de los datos que piden que se busquen y se analicen. Por ello, piden al resto de radicales que revisen el BOE ya que ahí sale cuando los agentes salen de Ávila.
Una de las medidas que proponen para atajar sus vínculos es pedir la vida laboral y las partidas de nacimiento. Para finalizar advierten: "Basar la defensa discursiva en ese carácter 'pacífico' o 'inofensivo' es condenarnos a no poder cambiar nunca las cosas y limitar nuestra lucha. Creemos que hay argumentos de sobra para hacer frente dialécticamente a estas prácticas y no caer en estos errores".