Marruecos realizó vigilancias al jefe de sus espías en España a espaldas de Interior
Marruecos realizó vigilancias en Madrid al que fuera su número dos del servicio secreto exterior de espías. Y lo hizo con dispositivos que se llevaron a cabo de espaldas al Ministerio del Interior, según aseguran las fuentes de seguridad consultadas por LA RAZÓN. El objetivo era Mehdi Hijaouy, quien acabó huyendo de España con su familia, ya que aseguraba que sus vidas corrían peligro. Su paradero es hoy un misterio.
Este jefe de espías marroquí, aunque nació en Alemania, cuenta con un amplio historial y conocimientos en materia de seguridad. Está considerado uno de los eruditos del tema y uno de sus últimos puestos fue el de jefe de seguridad de la selección de Marruecos de fútbol en el Mundial de Qatar de 2022. Su vida dio un giro radical poco después, cuando Hijaouy tuvo conocimiento de un caso de corrupción y se lo comunicó al rey Mohamed VI. Las autoridades tuvieron acceso a todos los documentos que presentó, pero no fueron suficientes y ordenaron su detención, lo que provocó su salida abrupta del país donde había trabajado durante más de dos décadas.
En un primer momento se estableció en Francia, acompañado de su mujer y su bebé de apenas unos meses. La inquietud rápidamente hizo mella en la familia. La esposa de Mehdi salía a la calle con el carrito del menor y era seguida de forma incesante por los servicios secretos marroquíes. La mujer fue capaz de captar los rostros de estos individuos, que eran trabajadores de la Embajada, según pudo constatar su esposo. Ante el miedo que sentía por su seguridad llegó a denunciar las vigilancias el 10 de septiembre a las 15:38 horas ante la Policía de París. «No han contactado conmigo y no me han tocado», afirmó a los agentes.
La declaración del jefe de los espías
En esos momentos, su marido no estaba con ella, ya que se había trasladado a Alemania a visitar a un amigo. Debido a este «férreo marcaje», la familia decidió viajar de nuevo, en este caso a Madrid. Se ubicaron en un piso en la calle Jorge Juan, donde el antiguo responsable de los espías pagaba el alquiler porque vivían sus dos hijos de 25 y 20 años. Ese mismo mes de septiembre, la Policía Nacional detuvo a Hijaouy, ya que tenía en vigor una orden de busca y captura que había sido emitida por Marruecos.
Por ello, declaró ante el Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, oponiéndose de forma clara y contundente a su extradición. Así, ante la Audiencia Nacional afirmó que había trabajado durante 24 años en la policía secreta de Marruecos y que escribió a Mohamed VI para advertirle de la corrupción de sus amigos. Recalcó que en París ya había denunciado amenazas y que le estaban persiguiendo. Según su relato, llevaba solo tres días en España y acudió en compañía de un amigo con el que se fue de Madrid. El objetivo era ver a sus hijos, ya que les pagaba un piso de 4.500 euros de alquiler al mes. Tenía otro hijo que residía en Dubái.
En su testimonio, en el que subrayó que deseaba solicitar el asilo político en nuestro país, justificó que sus ingresos provenían de las clases de seguridad que impartía a través de internet. La Fiscalía solicitó su puesta en libertad, pero pidió que aportara documentación sobre sus sospechas.
Desde ese momento comenzó su calvario en España. Un operativo de seguridad de Marruecos se apostó en las puertas del domicilio donde residía con su familia en pleno centro de Madrid. La presión fue máxima y volvieron a temer por sus vidas. Este sujeto se llegó a poner en contacto con el CNI para aportarle las pruebas de su persecución, aunque el Ministerio del Interior no tuvo conocimiento de estas actividades de espionaje en suelo español.
Dos meses en paradero desconocido
Después de quedar en libertad, el antiguo jefe de los espías tenía programado comparecer ante la Audiencia Nacional el 7 de noviembre. Su comparecencia se trasladó al 21 de ese mismo mes, pero no apareció en sede judicial ninguno de esos dos días. Estuvieron toda la mañana esperándole. Por este motivo, el juzgado dictó una orden de búsqueda y detención el 26 de noviembre de 2024. La Policía Nacional llegó a acudir a su domicilio para ver si se encontraba en el mismo, pero nadie abrió a los agentes que se personaron. Dos meses después, el paradero de Mehdi Hijaouy y de su familia es un misterio.
El anonimato de su destino es clave para permanecer con vida, según las fuentes de su entorno consultadas. Y es que en muchos momentos de su estancia en nuestro país llegó a temer por su vida y por la de sus seres queridos. Sin embargo, los espías marroquíes que les seguían los pasos fueron plenamente identificados por este sujeto, que controló durante años este tipo de sistemas en el exterior.
La vigilancia fue tan estrecha que hubo semanas que se hicieron asfixiantes. Además, su esposa sufrió varias intoxicaciones alimentarias que encendieron todas las alarmas. Acudió al médico, pero los resultados no fueron convincentes sobre el detonante. Finalmente, decidieron marcharse con el resto de los miembros de su familia para preservar su seguridad.