El empleo se trocea: ocupados que trabajan menos horas que nunca
El mercado laboral español lleva más de tres lustros perdidos. Aunque la cifra de ocupados es la más alta de la serie, también es cierto que trabajan menos horas que nunca, que la tasa de paro a cierre de 2024 ni siquiera ha bajado de los dos dígitos y que, tanto en cifras generales como en la del paro juvenil, España lidera el desempleo de la Unión Europea.
Coincidiendo con las turbulencias de las hipotecas "subprime", España superó los 20,7 millones de empleos. El pasado año se cerró con el histórico registro de 21,8 millones de ocupados, un millón más. Pese a todo, la tasa de paro de 2024 fue del 10,6%, muy lejos aún del mínimo del 7,93% del segundo trimestre de 2007.
Sin embargo, lo más preocupante es que esos 21,8 millones de ocupados trabajan menos, lo que ofrece una idea más certera sobre la calidad del trabajo.
Cada semana del último trimestre del año 2018, el primero con Pedro Sánchez en el poder, un ocupado trabajaba de media 33,9 horas. Esa cifra se situaba en 35,4 horas diez años antes.
El pasado 2024, las horas efectivas trabajadas a la semana, quedaron en las 32,3 horas, según los datos del INE. Y eso a pesar de que la media subió un 1,6% interanual en el cuarto trimestre, de 31,8 horas a esas 32,3 horas.
Es decir, desde que gobierna Sánchez el número medio de horas trabajadas por ocupado ha caído en 1,6 horas en un contexto de expansión del mercado laboral, lo que da una idea de que la reforma laboral está encubriendo una parcialidad creciente.
De hecho, los ocupados a tiempo parcial han superado los tres millones por primera vez, elevando la tasa de parcialidad hasta el 16,7%. Sánchez ya se estrenó con un repunte de los trabajos a media jornada. Sin embargo, en 2018 la cifra de trabajadores a tiempo parcial era de 2,9 millones.
Al margen quedan las cifras reales del desempleo, enmascaradas por los fijos discontinuos en inactividad. Según los datos de Randstad Research, el paro «real» –entendido por los «trabajadores» que no trabajan– es de 3,4 millones. Así, la brecha entre el paro registrado y el paro efectivo se amplía hoy hasta las 810.000 personas.