Los españoles son los más reacios a pagar la tasa turística
La llamada tasa turística, el impuesto que los viajeros deben abonar por cada noche de estancia en alojamientos, se empieza a extender por España, como ya lo hiciese en su momento por toda Europa. Se trata de un tributo que se aplica a los turistas que pernoctan en diferentes tipos de alojamientos, desde hoteles hasta apartamentos turísticos, con el objetivo de generar ingresos adicionales para la administración local y, en muchos casos, la mejora de infraestructuras turísticas, promoción del destino o medidas medioambientales.
Baleares y Cataluña comenzaron a cobrarla hace ya más de una década y, pronto, también lo harán el País Vasco o la Comunidad Valenciana. Incluso, está en estudio extenderla a las Islas Canarias, una de las regiones más visitadas de España debido a su clima privilegiado y su atractivo natural.
La posible implementación de esta tasa en Canarias ha generado un debate sobre su impacto en la industria turística y la disposición de los visitantes a asumir este coste adicional. En este contexto, el blog «Nada es Gratis» recogió recientemente los resultados de una encuesta en la que se midió el grado de aceptación por parte de los visitantes a abonar un gravamen por su estancia en la comunidad autónoma de Canarias.
Este análisis se centró en evaluar la percepción de los turistas respecto a la tasa, la cantidad que estarían dispuestos a pagar y qué factores influyen en su disposición o rechazo ante este tipo de medidas fiscales. Las preguntas concretas que se plantearon en la encuesta fueron: «¿Estaría usted dispuesto a pagar una tasa turística por día de alojamiento en Canarias?» y «¿Qué importe en concreto estaría usted dispuesto a pagar?». Estas preguntas las formuló el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) a una muestra de más de 8.000 turistas que visitaron la comunidad insular durante el pasado año. La muestra abarcó una variedad de perfiles de visitantes, desde aquellos que viajaban por ocio hasta los que lo hacían por negocios, con el fin de obtener una visión amplia sobre la percepción de este tributo.
Las respuestas obtenidas fueron variadas y reflejan la existencia de diferentes grados de aceptación entre los turistas. Mientras que un 19% de los encuestados indicaron no estar dispuestos a pagar ninguna tasa, la mayoría se mostró favorable a abonar una cantidad moderada, entre uno y dos euros por noche. En concreto, algo más de un tercio de los encuestados manifestó estar dispuesto a pagar hasta un euro por noche de estancia; aproximadamente una cuarta parte de los participantes aceptaría un coste de hasta dos euros diarios; un 15% consideraría razonable abonar hasta tres; y alrededor de un 8% estaría dispuesto a pagar aún más. Estos datos reflejan que la gran mayoría de los turistas aceptaría la tasa si se mantiene dentro de unos márgenes razonables, aunque una parte significativa sigue reticente ante este tipo de tributo.
Por nacionalidades, los resultados también revelaron diferencias notables en la disposición a pagar. Los españoles se mostraron como los más reacios a pagar cualquier tipo de tasa turística, seguidos de los franceses y los italianos. Por el contrario, los turistas de nacionalidad suiza, alemana y británica fueron los que mostraron una mayor disposición a abonar este impuesto. Estos resultados pueden estar influenciados por diversos factores, como la experiencia previa con tasas similares en sus países de origen o la percepción de la relación calidad-precio del destino.
El análisis de «Nada es Gratis» establece una correlación entre la disposición a pagar de los turistas y su nivel de renta disponible. Según los autores del estudio, la propensión a aceptar la tasa no depende tanto de la nacionalidad del visitante, sino de su poder adquisitivo. Es decir, los turistas con más ingresos estarían más dispuestos a abonar la tasa, independientemente de su país de origen, mientras que aquellos con menor renta mostrarían una mayor resistencia a este tipo de impuestos.
Asimismo, se identificaron otros factores clave que influyen en la disposición a pagar. Entre los elementos que aumentan la aceptación de la tasa turística destacan unos ingresos y un nivel educativo altos, la satisfacción general del turista con su experiencia en el destino y, en algunos casos, la nacionalidad (con Reino Unido y Alemania en particular mostrando una mayor predisposición al pago). En el otro extremo, los factores que reducen la disposición a pagar incluyen la importancia que el turista otorga a los precios bajos y ser de nacionalidad española.
Como consecuencia, la implementación de una tasa turística podría provocar una reorientación de la oferta turística hacia productos de mayor calidad y mayor valor añadido, lo que, a largo plazo, podría contribuir a mejorar la competitividad del destino y fomentar un turismo más sostenible.