Así de "barato" sale agredir a la Policía Nacional: un okupa ataca a cuatro agentes y solo le cae un año de cárcel y una multa
Años sufriendo malos olores, basura y de ver cómo caían las heces por las ventanas de sus casas. Los vecinos de un edificio de Almería sobrevivieron a esta situación generada por un okupa, que terminó perdiendo la batalla judicial. Como era esperado, no puso nada fácil su desahucio. Agredió a cuatro agentes de la Policía Nacional que tuvieron que hacer uso del espray de gas pimienta en la casa. Solo fue condenado a un año de prisión y una multa, según una sentencia a la que ha tenido acceso LA RAZÓN. Así fue la espiral de violencia de Juan.
Este hombre, español de 35 años y sin antecedentes, llevaba meses siendo un quebradero de cabeza para los residentes en la calle Tarrasa de Almería. Juan G.A., el okupa, acumulaba muchísimas basura. Tiraba las heces por la ventana con el consiguiente mal olor en el vecindario. También provocaba humedades que obligaba a reparar los techos de las casas.
Con este panorama no se presentaba un desahucio fácil el 20 de enero. Hicieron falta tres dotaciones policiales para cumplimentar el mandamiento ordenado por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Almería. Y es que Juan se negó desde el principio.
Cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional este hombre les dijo: "¿Qué mierda queréis ahora?". Para evitar que cerrara la puerta, uno de los funcionarios colocó el pie izquierdo en el marco de la misma, informándole de que tenía que irse de la vivienda. "De mi casa no me echa nadie", le respondió Juan mientras hacía fuerza para evitar la actuación policial.
El espray de gas pimienta
Ese momento, fue aprovechado por los agentes que consiguieron acceder al interior de la vivienda y comenzó un forcejeo con el hombre hasta que lograron arrojarlo al suelo con la intención de esposarlo. "Una vez en el suelo, el acusado, con absoluto desprecio hacia la integridad física de los agentes y al principio de autoridad que representan, no dejó de revolverse, agitando brazos y piernas, siendo así que ante las limitadas dimensiones del pasillo, que imposibilitaba a los agentes la aplicación de las maniobras necesarias para la contención y engrilletamiento del acusado", señala la sentencia en los hechos probados.
Los primeros actuantes tuvieron que requerir la presencia de sus compañeros. "Debido a la limitación del espacio, no pudieron reducir al acusado", afirma la decisión judicial. Ante esta situación entró en la vivienda una tercera dotación policial que se vio obligada a hacer uso de espray de gas pimienta. "Hecho que paralizó momentáneamente al acusado, permitiendo que fuese esposado", describe.
Así, después de la intervención, los agentes presentaron numerosas lesiones. Dos de ellos sufrieron edema leve y tuvieron que estar poco menos de una semana alejados de las calles. Otro tuvo una dermoabrasión en el dorso de la mano y en el pómulo izquierdo. Por último, una agente en prácticas sufrió algia a la palpación en zona externa infrarrotuliana con movilidad conservada, según su parte médico.
La condena al okupa
Los últimos dos efectivos policiales tuvieron que ser atendidos al ser alcanzados por el gas pimienta. En base a estos hechos, el 7 de febrero, el Juzgado de lo Penal número 4 de Almería emitió una sentencia favorable a los agentes que fueron defendidos por Miranda Asesores, abogados del sindicato JUPOL.
Juan, el okupa violento, fue condenado a un año de prisión por un delito de atentado a agentes de la autoridad. También tendrá que pagar un total de 1.280 euros. De ese importe 480 euros es en concepto de multa por lesiones leves a cuatro de los policías.