«El Papa no está fuera de peligro», pero «no corre peligro de muerte»
Una valoración a pie de cama, con el historial clínico y los informes del laboratorio en la mano. Ni deseos triunfalistas que imaginan a Francisco este mismo fin de semana en la Plaza de San Pedro, ni especulaciones catastrofistas que certifican el término del pontificado. Con los pies en la tierra, el equipo médico que atiende al Papa compareció esta tarde en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma para detallar el diagnóstico del Pontífice argentino cuando se cumple una semana de ingreso por una bronquitis que se ha complicado con una neumonía bilateral. «El Papa no está fuera de peligro» pero hoy por hoy «no corre peligro de muerte», explicó sin titubeos el responsable de cirugía del hospital italiano, Sergio Alfieri, que dio explicaciones ante los medios junto a Luigi Carbone, médico de la Dirección de la Sanidad del Vaticano. Si por un lado comentaron que su situación continúa siendo «grave», por otro certificaron que «está mucho mejor que cuando llegó» en tanto que «esta infección tiene que superarla».
Ambos conocen a fondo todas las patologías del paciente Jorge Mario Bergoglio y compartieron que dieron un paso al frente por expreso deseo del Papa «de informar y que no se esconda nada». Con esta misma naturalidad, vinieron a corroborar que se trata de un «paciente frágil» por su edad, 88 años, y por los achaques que arrastra: «Es una infección importante, con tantos microbios, con una neumonía bilateral en un señor que camina poco, que está en silla de ruedas». Eso sí, también hicieron hincapié en que tiene «un corazón fuerte».
Ninguno de los dos se aventuró a dar una fecha de alta hospitalaria para el Santo Padre, pero sí dejaron caer que al menos continuará ingresado toda la semana que viene, que es el plazo en el que estiman esté curado de su neumonía bilateral. «Es difícil dar un plazo», expuso Carbone, que remarcó justo después que «esta infección tiene que superarla». En cualquier caso, subrayaron que deberá continuar con la terapia correspondiente en la residencia de Santa Marta. «Necesitará tiempo poque la medicación tarda su tiempo en hacer efecto, todo el que sea necesario», añadieron. Y aunque no necesita de respiración asistida, apuntaron que sí le administran «un poco de oxígeno» si se considera necesario.
De la misma manera, despejaron cualquier duda sobre que el Sucesor de Pedro esté aquejado de cualquier otra enfermedad que no sea la neumonía, la bronquiectasia y la bronquitis asmática crónica, que sí le van a acompañar de ahora en adelante y que de alguna manera le van a dificultar la respiración. «No presenta otras patologías» expresaron con determinación.
Alfieri tampoco tuvo problema alguno en explicitar los obstáculos que se puede topar en su recuperación, por ejemplo, que «uno de estos gérmenes o bacterias puedan pasar al sangre y se produzca una sepsis» y entonces «podría ser muy difícil de curar». Sin embargo, aclaró que hoy por hoy no se ha dado este hecho ni prevé que suceda dada su evolución. De hecho, señaló que «incluso se han reducido algunos fármacos respecto a su ingreso» dentro de «una terapia apropiada y justa» que se le fue adaptando ante el agravamiento inicial.
En relación al motivo por el que la bronquitis se le complicó, Alfieri dijo que «como muchas otras personas en estos días había comenzado a curar su enfermedad en casa». Lamentablente, señaló que «luego su condición empeoró, porque, a diferencia de otras personas de 88 años, el Papa no se queda en casa en el sofá, sino que gobierna la Iglesia y el esfuerzo que se le pide es diferente al de todos los demás».
[[H2:Bendita broma: «¿Te quieres confesar?]]
Al Papa Francisco no le falta nunca el humor, incluso cuando la adversidad le acecha. En este punto, el doctor Alfieri compartió el que ya es un saludo cotidiano entre Francisco y los médicos que acuden cada mañana a visitarle. «Buenos días, Santo Padre», le dice el personal sanitario, a lo que Bergoglio responde: «Buenos días, santo hijo». Alfieri desveló además que en una ocasión se inclinó para decirle algo a Jorge Mario Bergoglio de cerca y el Papa correspondió bromeando con un: «¿Te quieres confesar?».
Su primer paseo a la capilla
Prueba de la mejoría que está experimentando diariamente es que ya no solo se ha incorporado de la cama al sillón, sino que además pudo ir a la capilla del hospital a rezar. Eso sí, más allá de la visita de la primera ministra Giorgia Meloni y de la presencia de sus colaboradores más cercanos, los médicos continúan limitando las visitas, dentro de ese reposo absoluto que le han impuesto. «No es una persona que se rinda», comentó el médico del Vaticano sobre el carácter del Pontífice. Además, come con apetito, poco a poco está retomando su actividad laboral y realiza las llamadas telefónicas que considera oportunas.