Los Verdes resisten al voto de castigo

Poco ha cambiado el resultado obtenido por el Partido Verde alemán, el Bündnis 90/Die Grünen, que ahora ha conseguido el 13,5% de los votos, frente al 14,7% cosechado en las elecciones federales de 2021. Fue entonces cuando formó Gobierno junto al Partido Liberal (FDP) y el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz. No era la primera vez que un partido verde gobernaba en Alemania y es más que probable que en el nuevo Gobierno de coalición del conservador Friedrich Merz también estén presente los ecologistas, sobre todo porque, de otro modo, los números no dan.

Merz se había esforzado en evitar hablar de una coalición con Los Verdes, y el jefe de su partido hermano, la Unión Social Cristiana (CSU) en Baviera, Markus Söder, aseguraba el mismo sábado en el cierre de campaña que en un Gobierno de la Unión no se haría en coalición con Los Verdes, que han perdido solo el 2% de los votos.

Entre otros cargos, el Partido Verde alemán estuvo al frente del Ministerio de Economía y Energía con el politólogo Robert Habeck, quien se ha vuelto a presentar como candidato. Los Verdes han sido muy criticados por todos los partidos y responsabilizados de la desastrosa situación económica del país, al tiempo que se han ganado una imagen entre la población como promotores de la guerra, debido a su apoyo incondicional al envío de armas a Ucrania. Sin embargo, han logrado mantener su base electoral.

Habeck celebró la noche de las elecciones que el partido haya salido «de las encuestas bajas pronosticadas» y haya podido convencer de nuevo a su electorado. Esta fue la campaña electoral «de sus sueños», dijo Habeck poco después de conocerse los sondeos a pie de urna. Sin embargo, su idea de crear un impuesto a los beneficios del capital no convenció a nadie y le llovieron críticas, incluso dentro de su propio partido.