Sin viento (ni sol) no hay paraíso: se dispara un 170% el precio de la luz
Sin el empuje del viento y con menor irradiación por las nubes y los días más cortos, el invierno es época de facturas energéticas elevadas. Pero aunque la primavera destense un poco los precios, los dos primeros meses del año apuntan a un "rally" alcista para la electricidad.
Em febrero, el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista o 'pool', una de las referencias para los consumidores con tarifa regulada o PVPC, superó de nuevo los 100 euros el megavatio hora (MWh), impulsado por la menor generación eólica.
El MWh se ha pagado, de media, a 108,3 euros, esto es, un 170% más que los 40 euros que marcó en las mismas fechas de 2024, según los datos del operador del mercado eléctrico OMIE.
Con esta subida, el MWh regresa a la senda alcista que perdió en enero, cuando la borrasca Herminia y la contribución de la eólica apaciguaron los ánimos un mercado que, durante buena parte del mes, estuvo por encima de los 100 euros, como ya había sucedido en noviembre y diciembre.
Enero cerró finalmente en 96,69 euros MWh, un precio medio superior en un 30,5% al de enero de 2024, cuando el MWh se pagó a 74,1 euros de media.
Así pues, en lo que va de año, los precios de la electricidad apuntan ya a registros superiores a los de 2024. En concreto, la electricidad se ha encarecido casi un 80% en los dos primeros meses del año respecto al mismo periodo del año previo, al pasar de 57 euros MWh de 2024 a los 102,5 euros MWh del arranque de 2025.
Los 108,3 euros equivalen a multiplicar casi por ocho los 13,67 euros del pasado abril, que se mantienen como el menor coste jamás visto en el "pool", operativo desde 1998. En cualquier caso, están lejos de los 200 euros de febrero de 2022, en plena convulsión de los mercados energéticos tras la invasión rusa de Ucrania.
El gas suplió a la eólica
La subida de febrero estuvo amortiguada por la generación nuclear, que supuso el 22,2% del total, la que más aportó, seguida de la hidráulica, con un 20,3%. La eólica, que lideró la generación en 2024, cayó a la tercera posición, con un 17,3%, y la solar fotovoltaica, a la cuarta, con un 14% y muy cerca de los ciclos combinados de gas, que con el 13,6%, se mantuvo en la misma posición que en febrero de 2024, pero con casi cuatro puntos más en la estructura de generación, según los datos provisionales de Red Eléctrica.
Hace un año, fue la eólica (32%) la que tiró del sistema con el respaldo de la nuclear (20,8%). Les siguieron la hidráulica (14%) y la solar fotovoltaica (12%). Los ciclos combinados supusieron el 9,8% de la estructura: aportaron 2.133 gigavatios hora por los 2.899 GWh del pasado mes. Hay que tener en cuenta que febrero de 2024 tuvo un día más, pese a lo cual parece hay cierta correlación entre el alza de los precios y la mayor presencia del gas en la estructura de producción eléctrica, como demuestra la comparativa de los últimos dos eneros.
Si en enero de 2024 se pagó de media 74 euros por MWh y se generaron 3.407 GWh de electricidad con ciclos combinados, en enero de 2025 la generación fue similar (3.424 GWh) y el precio del MWh fue de 96 euros. La diferencia está, entre otros motivos, en el que el precio del gas pasó del entorno de los 30 euros MWh al de los 50 euros MWh.
El precio de generación de las centrales de ciclos combinados dependen en un 75% del gas y en un 25% de la cotización de las emisiones de CO2.
En febrero, el precio del gas TTF, de referencia en Europa, ha promediado cerca de 51 euros/MWh, el doble respecto al mismo periodo de 2024.
Bajón eólico
En el último mes, el precio del MWh ha superado los 100 euros en dieciocho sesiones, trece de ellas consecutivas. Aunque en varias jornadas se acercó al máximo anual, el techo para 2025 continúa estando en los 144,92 euros del pasado lunes 20 de enero, cuando reinaron los ciclos combinados como la tecnología que más electricidad aportó al sistema: el 32,6% ante el desplome de la eólica (14%) y, sobre todo, de la solar fotovoltaica (3,4%).
Los expertos del Grupo ASE afirman en su avance del informe del mercado energético que esta tendencia se inició el pasado verano, y apuntaban al encarecimiento del gas y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) como principales razones.
Con todo, calificaban de "extraordinario" el incremento, de casi un 200 % en términos interanuales, de este febrero, que atribuían a que la eólica estuviera "muy por debajo" de sus promedios históricos.
De acuerdo con la estadística diaria del sistema eléctrico español peninsular, que publica Red Eléctrica, en febrero la aportación de la eólica al "mix" de generación era del 17,3%, cuando a 31 de enero era del 32,3% y la contribución media de los 22.000 molinos operativos en 2024 fue del 22,9% del total.
Así, de ser la primera tecnología del sistema, en febrero fue la tercera, superada por la nuclear, responsable del 22,2% del total de la electricidad producida en la España peninsular en febrero, y la hidráulica, con el 20,3%.
Si se compara con los datos de hace un año, la diferencia es incluso mayor, y es que en el acumulado mensual a 28 de febrero de 2024, la eólica lideraba el 'mix' con un 32%. En total, su producción se ha reducido en torno a un 50%.
Mayor demanda
Esta menor aportación eólica al sistema coincide con un aumento de la demanda eléctrica y de las exportaciones a Francia y Portugal, al menos durante las tres primeras semanas, lo que también ha repercutido en los precios.
La mayor cantidad de electricidad demandada habría sido cubierta por la hidráulica, que ha crecido un 48,6 % respecto al febrero anterior; los ciclos combinados de gas, que lo han hecho un 53,1 %, y la fotovoltaica, con un 22,9 % más.
Las dos primeras tecnologías han sido las más beneficiadas por la falta de viento, ya que sin la presión de la eólica, que tiende a ofertar a cero, han podido elevar el precio de sus ofertas de casación.
Menos gas almacenado
Los analistas del Grupo ASE recuerdan que la caída de los inventarios de gas al avanzar el invierno, las temperaturas más frías y una limitada generación eólica están tensando el mercado en el arranque del año, una situación que podría dañar a la demanda industrial europea.