Trump encarga su caza de última generación, el F-47, "el avión de combate más letal jamás construido"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que Boeing ha sido seleccionada para desarrollar el nuevo caza de sexta generación de la Fuerza Aérea, el flamante F-47, que está llamado a convertirse en el avión de combate de referencia en la fuerza aérea estadounidense. De hecho, el presidente lo ha definido como "el avión más letal jamás construido".
El proyecto del nuevo avión forma parte del programa Next Generation Air Dominance (NGAD), con el que Washington va a reemplazar al F-22 Raptor para mantener la supremacía aérea estadounidense en las próximas décadas frente a rivales como China, que le está pisando los talones. La ocasión, por tanto, lo merecía, y Trump ha presentado la futura adquisición en el Despacho Oval acompañado de fotografías del nuevo avión y de su secretario de Defensa, Pete Hegseth.
El F-47 está diseñado para superar a los actuales cazas de quinta generación, ya que incorpora avances en velocidad, sigilo y tecnología. Destaca también por su capacidad para operar en conjunto con aeronaves no tripuladas, lo que le permitirá coordinar y liderar flotas de drones en misiones complejas.
Durante la presentación, Trump destacó las capacidades del nuevo avión en términos de carga útil, velocidad o maniobrabilidad y consideró que se ha empleado un "número bonito" para el nombre del aparato, en referencia a que su actual mandato es el cuadragésimo séptimo de un presidente de los Estados Unidos, informa Efe.
Trump no quiso hablar sobre el precio del proyecto ni sobre lo que costará fabricar cada unidad, "porque eso implicaría revelar parte de la tecnología y parte del tamaño del avión".
Entre los aspectos más llamativos está, sin duda, el que haya encargado la fabricación a Boeing, impicado en los últimos meses en numerosas polémicas por los fallos en sus aviones comerciales, que han dañado notablemente la imagen de la compañía.
Además de Boeing, otros importantes contratistas de defensa como Northrop Grumman -que produce cazas como el F-18 o el F-35, el más avanzado del país- o Lockheed Martin -que fabrica el F-16- estaban desarrollando sus prototipos para el programa F/A-XX de aviones de combate de sexta generación.
Boeing, que nunca había obtenido un contrato de este tipo (el F-15 fue adjudicado originalmente a su entonces rival McDonnell Douglas, absorbido después en 1997), está lidiando con un nuevo escrutinio por los problemas registrados en su 737 Max y la Administración de Trump se ha comprometido a restaurar la reputación y la "cultura de la seguridad" de la empresa.
El nuevo avión permitirá a Estados Unidos ganar terreno en su pulso con otra superpotencia militar como es China, con quien libra una evidente rivalidad con modelos como el avión de combate furtivo J-35 chino, el J-15T, que destaca por su capacidad de lanzamiento mediante catapulta, o incluso el avanzado portaaviones Fujian.