La biopirateria y el acuerdo sobre el tratamiento de recursos genéticos con enfoque ancestral, por Ana Cecilia Gervasi
*Por Ana Cecilia Gervasi, embajadora peruana y representante Permanente del Perú ante los Organismos Internacionales, en Ginebra, Suiza
Luego de un proceso de negociación de más de 20 años, los países miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), incluido el Perú, adoptaron por consenso el Tratado de la OMPI sobre Propiedad Intelectual (PI), Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales asociados a los Recursos Genéticos.
El canciller Javier González-Olaechea, en representación del Perú y en línea con la posición histórica de nuestro país de defensa y promoción de nuestra biodiversidad y conocimientos tradicionales, firmó el Tratado el pasado 14 de junio en el marco de su visita a Ginebra.
Se trata de un acuerdo internacional histórico, al ser el primero de la OMPI en abordar la relación entre la PI y los recursos genéticos, a través de la introducción de un requisito obligatorio de divulgación del origen de los recursos genéticos y/o conocimientos tradicionales asociados a estos, en el sistema de patentes. Asimismo, es el primer tratado de esta organización en incluir disposiciones sobre pueblos indígenas y comunidades locales, incluyendo su participación en la futura Asamblea de las partes contratantes.
El Perú confía en que este tratado contribuirá a luchar contra la apropiación indebida de nuestros recursos, así como de los conocimientos ancestrales de nuestros pueblos indígenas. Nuestro país, por su riqueza biológica, se encuentra entre los 10 “países megadiversos” del planeta, albergando casi el 10% de las especies mundiales de flora, 2000 especies de peces, ocupando el segundo lugar en diversidad de aves, con 84 de las 104 zonas de vida del mundo, entre otros. También somos un país multicultural, con 55 pueblos indígenas poseedores de expresiones y saberes ancestrales y que están asentados precisamente en las zonas de mayor diversidad de nuestro territorio.
), con estándares ambiciosos de protección de nuestros recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados, a través de las decisiones 486 y 391 de la CAN, y nuestra adhesión a otros acuerdos relevantes como el Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos y participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización.
A pesar de estos esfuerzos, siguen ocurriendo casos de acceso y uso no autorizado y no compensado de nuestros recursos biológicos o conocimientos tradicionales de nuestros pueblos indígenas. De acuerdo con la Comisión Nacional contra la Biopiratería, a la fecha,
Conscientes de la especial responsabilidad que nos dan nuestras características particulares y nuestra historia, el Perú asumió las negociaciones de este tratado guiado por la necesidad de fortalecer la protección de nuestros recursos, saldar deudas históricas con nuestros pueblos indígenas y comunidades locales, y asegurar que el resultado aporte beneficios directos a las personas.
La adopción de este Tratado por consenso envía un mensaje inequívoco sobre la relevancia y necesidad del multilateralismo, reafirmando que es posible encontrar soluciones a desafíos globales, como la crisis de la pérdida de la biodiversidad, de manera conjunta. Desde el Perú, celebramos este hito y continuaremos apostando por un sistema de PI más justo y sostenible.