Prosas París, México, Buenos Aires, por Mirko Lauer
Pobre gente de París (Lima, Pesopluma, 2024) es una breve novela de formación, y una perenne lectura juvenil, reeditada cada tanto desde 1958. Hay en ella el intento de abarcar, desde París, toda América Latina y, de paso, el Perú de la curiosidad por Europa. París fue la capital literaria del siglo XX peruano. Además la obra traza ese clima sesentero, y el tormento del migrante literario sin fondos.
Este año la historia cumple 66, y el libro puede ser llamado un clásico sobre ese Barrio Latino que todos creemos conocer: jóvenes promesas, centroamericanos sospechosos, prostitutas maduras. Sebastián Salazar Bondy recogió esa atmósfera de una manera que la ha hecho durar hasta ahora, en anécdotas sobre personajes y situaciones muy distintos, en varios casos con un chasco final.
Diwan Bellatin (Lima, Personaje secundario, 2024), de Mario Bellatin, confirma la manera cómo, de la misma manera que advertimos en su obra temprana, la prosa de este autor peruano-mexicano tiende a avanzar unos pasos delante de sus temas. La lectura no es fácil: hay que tomar viada para empezar el libro; pero en un par de páginas se alcanza velocidad de crucero, y el texto despega.
La palabra diwan tiene varias acepciones, desde el mueble hasta, como aquí, la antología personal de la propia obra en forma de alusiones. Este es un diván hecho a la medida, que no antologa en torno a un tema (como el famoso de Lorca sobre el huerto de su tío) sino que sintetiza la experiencia. Es un diván psicoliterario donde encontramos menciones de temas de la fase temprana de Bellatin, sobre todo su fúnebre salón de belleza.
Quienes gustan del universo de la impresión y la edición, en el sentido más práctico de las dos palabras, van a disfrutar la nouvelle del argentino César Aira La vida nueva (Lima, Personaje secundario, 2024). Con 100 obras narrativas en su currículo, Aira sabe de qué está hablando. El texto solo tiene 60 páginas, pero llega lejos.
Francisco Garamona presenta bien la trama: “Un editor excéntrico y un escritor primerizo y... el mundo de posibilidades abiertas por la literatura y la amistad”. El editor, nos enteramos en el primer párrafo, da fechas ilusorias sobre la aparición de sus libros. Al autor ese contacto y esas esperas lo transforman.