Dina Boluarte, Fuerza Popular y los cambios en el gabinete
Un silencioso pulseo se libra en las alturas del poder peruano: mientras la presidenta Dina Boluarte consideraría reemplazar a su primer ministro, Gustavo Adrianzén, por un ministro cercano a ella como Morgan Quero (Educación), el partido Fuerza Popular buscaría que el ministro Javier González-Olaechea (Relaciones Exteriores) sea el elegido para la PCM.
Desde el Congreso hay presiones de las distintas bancadas para realizar varios cambios en el gabinete, al tiempo que buscan mantener su cuota de poder en el mismo. Para Fuerza Popular, el ministro González-Olaechea sería un premier “de confianza” con el cual podrían estar más cercanos a las decisiones del Gobierno.
La rueda de negociaciones que planteó el premier Adrianzén con las distintas bancadas hace un tiempo no llegó a buen puerto y ahora estas exigen cambios urgentes.
Fuentes bien informadas señalan que es muy alta la posibilidad de que el gabinete sea ahora más del Parlamento que de la presidenta. Lo que se está jugando es una especie de reconfiguración del Gobierno, en la que Dina Boluarte tendría mucho menos poder.
Hasta el momento se han anunciado seis cambios en el gabinete. Estos serían José Arista (Economía), Ángel Manero (Agricultura), Leslie Urteaga (Cultura), Elizabeth Galdo (Comercio Exterior), Teresa Hernández (Mujer) y el premier Gustavo Adrianzén.
La ministra de Comercio Exterior fue sugerida por la bancada de Avanza País, mientras que la ministra de la Mujer fue respaldada por Somos Perú. Pero en la actualidad esas relaciones se han agriado, las partes están distanciadas y, por esa razón, ambas son candidatas a abandonar el cargo.
Ministro problema
Ayer por la mañana, la presidenta Dina Boluarte le dio un tácito respaldo a su ministro del Interior, Juan José Santiváñez, con quien se dio un efusivo abrazo en un acto público realizado por la inauguración de un cuartel policial en El Agustino.
Muchos se han preguntado por qué Boluarte cambiaría, por ejemplo, a una ministra cercana a ella como Leslie Urteaga y, sin embargo, mantiene a un ministro cuestionado como el titular de la cartera de Interior.
La explicación, según nuestras fuentes, es que Santiváñez ha demostrado que no es un funcionario cauto. Boluarte prefiere tenerlo dentro del gabinete, porque fuera de él podría traerle muchos problemas por su incontinencia verbal.
El cambio de Adrianzén, a su vez, obedecería a que no ha sido un buen vocero. Ha estado más en la defensa de la mandataria y de otros ministros que en la capacidad de posicionar temas en la agenda. En ese aspecto, su antecesor, Alberto Otárola, fue mucho más funcional.
Todo indica que la presidenta hoy no puede tomar decisiones del todo independientes para la conformación de su gabinete. El Congreso, a través de los apoyos que puede o no brindarle en ciertos temas, tiene cada vez más injerencia en las decisiones del Gobierno. ❖