Protestas, caos y traiciones marcan la polémica reforma judicial en México
Manifestantes tomando por asalto el Senado, acusaciones de traición y un caos que no se veía en años marcaron el debate final de una polémica reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador para establecer la elección popular de jueces.
Cientos de personas protagonizaron refriegas con policías antidisturbios tras intentar ingresar la noche del martes a una antigua sede del Senado en Ciudad de México, adonde se movilizaron bajo la lluvia tras invadir la actual sede de la cámara.
"¡El poder judicial no va a caer, no va a caer!" y "¡ni un paso atrás!", gritaban los detractores del proyecto, que propone convertir a México en el primer país en elegir a todos sus jueces y magistrados, incluidos los de la Suprema Corte, por voto directo.
Muchos de los manifestantes, principalmente funcionarios judiciales en huelga y estudiantes universitarios, irrumpieron en el pleno donde debatían los legisladores, en escenas que recordaron el asalto al Capitolio estadounidense en enero de 2021 por simpatizantes del expresidente Donald Trump.
"Señor senador, detén al dictador!", lanzaron los ocupantes refiriéndose al mandatario izquierdista, mientras batían una enorme bandera de México y denunciaban que la reforma vulnera la independencia de los jueces y acaba con la posibilidad de ascender por méritos.
Algunos se habían congregado desde temprano en los alrededores del Senado tras haber bloqueado la semana pasada la Cámara de Diputados, lo que obligó a los legisladores a votar y aprobar la reforma en un polideportivo.
Antes de que los manifestantes acabaran por tomar las tribunas, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, suspendió la sesión y culpó a los opositores de desplegar una "operación hormiga" para infiltrar a los manifestantes en un "intento de golpe" contra el Legislativo.
El debate se reanudó un par de horas después en la Antigua Casona de Xicoténcatl, donde el Senado sesionó hasta 2011.
- Oposición atrincherada -
Los manifestantes invadieron el Senado abriéndose paso a empujones, rompiendo puertas y ante la escasa presencia policial.
En el hemiciclo entonaron el himno nacional y gritaron frases como "¡no están solos!" en apoyo a los senadores opositores.
"Se dieron cuenta que teníamos la mayoría calificada (...) y buscaron reventar la sesión", dijo Fernández Noroña a la prensa.
Al partido oficialista Morena y sus aliados les faltaba un solo voto para lograr ese objetivo, mientras los opositores PAN, PRI y Movimiento Ciudadano se habían comprometido a votar en contra.
Varios legisladores de oposición se acuartelaron incluso en hoteles antes del debate y advirtieron que nadie se "rajara" (acobardara). Una senadora del conservador PAN llamó además a "linchar al güey" que traicionara a la oposición.
- "Traidor" -
Sin embargo, en corrillos políticos y redes sociales crecieron rumores sobre un "traidor" que brincaría al oficialismo.
Con las horas los señalamientos apuntaban al senador del PAN Miguel Ángel Yunes, quien se reportó enfermo y fue sustituido por su padre, un cuestionado político del estado de Veracruz (este).
"Hubiera sido más decente, querido amigo, que nos dijeras 'los voy a traicionar'", le espetó el senador y presidente del PAN, Marko Cortés, a Yunes padre, desde el presidio.
"¡Cobarde y traidor eres tú!", le respondió Yunes.
Más tarde, ya en Xicoténcatl, el propio Miguel Ángel Yunes hijo finalmente reapareció en la sesión para confirmar su voto favorable a la reforma que critican Estados Unidos, expertos de Naciones Unidas y organizaciones como Human Rights Watch.
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