La bancada extorsionada, por Mirko Lauer
La extorsión llegó al Congreso. Varios congresistas, animados por la actualidad del tema, revelaron haber recibido este tipo de pedidos. Estos funcionarios parecen bastante protegidos, pero ahora descubrimos que no lo estaban tanto. Pasión Dávila dice que ha sido extorsionado desde hace meses, pero dice poco más. ¿Pagó o solo fueron pedidos?
En esta hora de revelaciones, descubrimos que la extorsión a congresistas ya tiene buen tiempo. Patricia Juárez cuenta de un intento de extorsionarla por 10,000 soles mensuales, ya en noviembre de 2023. A su colega Héctor Acuña le pidieron 35,000 mensuales por no poner granadas en sus colegios. Han empezado a circular versiones de otros casos, y es de suponer que aparecerán más.
La frase de la semana en este tema la ha pronunciado la congresista Vivian Olivos, quien, refiriéndose a la nota extorsiva que recibió, dijo que “uno se siente un ciudadano más”. ¿Qué quiso decir? ¿Cómo se sentía antes de la extorsión? La frase tiene algo del estilo de la reina María Antonieta confrontada con el hambre popular.
Los casos que empiezan a aparecer nos dicen algo sobre el ambiente que flota en la Plaza Bolívar, donde no solo hay congresistas, sino también asesores, personal de seguridad y una congregación flotante de amigotes. ¿Cómo llegan las notas pidiendo cupos a las manos o los celulares de los parlamentarios? ¿Por qué Dávila no hizo un escándalo en su momento y se guardó la cosa hasta hoy?
La modalidad de la extorsión legislativa como algo más o menos permanente recién sale a la luz, y no se sabe mucho sobre ella. Las notas periodísticas todavía no informan sobre quién pagó y quién no. Tampoco sabemos si hay una investigación policial en marcha. Solo sabemos que es un asunto que se proyecta hacia crecientes peligrosidades.
Si los hampones tienen cómo llegar hasta el congresista para pedir dinero, entonces no descartemos que puedan llegar hasta la curul o la oficina también para exigir votar de determinada manera, o incluso que ya lo hayan estado exigiendo. Una forma cómoda de llegar al Congreso, sin la molestia de una campaña electoral. Algo así como un Congreso en la sombra.
Podemos imaginar una nueva oficina de seguridad parlamentaria en el horizonte.