Examen de conciencia sobre la colonización en el Reino Unido, que se resiste a las compensaciones
Empujado por sus antiguas colonias a reflexionar sobre posibles reparaciones por la esclavitud, Reino Unido ha iniciado un examen de conciencia sobre su comportamiento con los países de su antiguo imperio, pero se resiste todavía a hablar de eventuales compensaciones financieras.
"Segmentos de la sociedad [británica] podrían estar a favor, pero otros, la mayoría, se oponen firmemente", dijo a AFP el historiador Sascha Auerbach, director del Instituto del Estudio de la Esclavitud en la Universidad de Nottingham.
Reunidos en una cumbre en Samoa, los países miembros de la Commonwealth, la organización formada en su mayoría por antiguas colonias de Reino Unido, pidieron por primera vez el pasado fin de semana a la antigua potencia imperial que reflexione sobre eventuales reparaciones financieras, argumentando que "ha llegado el momento".
Estos países, principalmente africanos y caribeños, quieren que el Reino Unido y otras potencias europeas paguen una compensación financiera por la esclavitud o al menos tengan gestos a nivel político.
El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, un exabogado de derechos humanos, rechazó estas dos solicitudes, afirmando que prefiere "mirar hacia el futuro".
- Riesgo político -
Para Alan Lester, historiador de la Universidad de Sussex, el primer ministro podría ver en las exigencias de compensaciones un riesgo político, pues Starmer "debe pensar que la sociedad no está preparada para iniciar este debate", pocos meses después de los disturbios provocados por individuos de ultraderecha en el norte de Inglaterra.
La cuestión causa división en la sociedad británica. Antes de llegar al poder en julio, los laboristas siempre se habían declarado abiertos al debate, pero los conservadores lo rechazan de plano.
Uno de los candidatos para sustituir a Rishi Sunak como líder del partido conservador, Robert Jenrick, afirma que criticar al Imperio británico es una forma de antipatriotismo.
"Los territorios colonizados no eran democracias avanzadas. Muchas de ellas habían sido potencias crueles dedicadas al comercio de esclavos", declaró Jenrick al Daily Mail.
"El Imperio británico rompió la larga cadena de tiranía introduciendo, progresivamente y de forma imperfecta, valores cristianos", agregó.
La cuestión misma de la cantidad a calcular como compensación económica es problemática.
Un informe de 2023, del que fue coautor un juez de Naciones Unidas, Patrick Robinson, concluyó que el Reino Unido debe más de 18.000 millones de libras (unos 23.380 millones de dólares) a 14 países en concepto de reparaciones.
Esta cifra tiene en cuenta los salarios que no se pagaron a los esclavos, el trauma causado y los daños a los descendientes, según el historiador Alan Lester.
Los países de la Commonwealth no han proporcionado ninguna cifra. "Es muy poco probable que exijan esta cantidad", asegura Lester.
Más que dinero, "quieren que el Reino Unido asuma sus responsabilidades", señala, por su parte, Sascha Auerbach.
- "Habilidad" -
Para muchos británicos, una disculpa pública podría dar lugar a acciones legales contra el Reino Unido.
Pero existe ya una potencia colonial, Países Bajos, señala Sascha Auerbach, que ha sentado un precedente, con las disculpas oficiales por la esclavitud, presentadas en 2023 por el ex primer ministro Mark Rutte y el rey Guillermo Alejandro.
La monarquía británica se resiste a dar ese paso. En su viaje a Kenia en 2023, el rey Carlos III expresó sin embargo su "profunda tristeza" por los "actos odiosos e injustificables" cometidos durante la colonización.
Se trata de "un tema delicado", comenta Pauline MacLaran, profesora de la Universidad Royal Holloway de Londres, para quien la familia real supo abordar el tema "con habilidad".
"En Reino Unido existe una verdadera concienciación sobre este tema, a diferencia de otros países como Francia y España", observa Sascha Auerbach.
La Iglesia de Inglaterra presentó disculpas oficiales en 2020 y The National Trust, una institución británica creada para salvaguardar el patrimonio monumental del Reino Unido, publicó un informe en 2020 en el que expone los vínculos entre las propiedades que gestiona y el colonialismo.
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