El agua que falta
Primero fue en Piura, de donde llegaron las primeras alarmas sobre la sequía que está dañando considerablemente la cosecha y que amenaza con dejar de cubrir la necesidad de las personas.
Se trata de Poechos, que se nutre de los ríos Catamayo y Macará y cubre los requerimientos del valle del Chira. Con el poco nivel que presenta la represa, la crisis hídrica iba a llegar y solo quedaba elegir a la población para garantizar su consumo, mientras que los sembríos tendrían que ser abandonados porque no había suficiente agua para ambos.
La situación generó protestas de la comunidad, que responsabilizó a las autoridades por las pocas obras realizadas para garantizar tanto el consumo humano como los sembríos. Incluso, ante la emergencia, se vio obligado el ministro de Vivienda, Durich Whittembury, a viajar a la zona a calmar los ánimos. Allí anunció que el sistema de tratamiento de agua para Piura estaba trabajando en su máxima potencia y que el estrés hídrico es una realidad para países como Ecuador, Colombia y Perú.
Poechos tiene actualmente 14 millones de metros cúbicos, cuando lo previsto eran 96 millones. La escasez ya ha hecho perder las cosechas de arroz, limón y mango, con el consiguiente daño a los productores porque se trata de productos con alta demanda tanto para el mercado nacional como el de exportación.
El estrés hídrico es una realidad que nos atañe. Ecuador, por ejemplo, está manejando la escasez con cortes de agua de varias horas al día. En Colombia, la crisis hídrica también provoca racionamiento sobre todo en Bogotá.
Además de Piura, el sur andino está soportando este efecto climático. La disminución del nivel del lago Titicaca en Puno ha sido de 90 centímetros de abril a la fecha, un récord histórico porque es el peor registro en 50 años, y amenaza con dejar sin agua a la población puneña.
Pese al agravamiento de la crisis hídrica, aún no se conoce el plan integral del Gobierno para paliar la emergencia. Sería bueno saber primero si existe, y segundo si garantiza la cobertura de las necesidades de las personas afectadas. Antes que pasemos a la categoría de catástrofe.