Un avión de extinción de incendios de Los Ángeles dañado por un choque con un dron
Un dron que sobrevolaba sin autorización las ruinas de un barrio de Los Ángeles arrasado por las llamas dejó un agujero "del tamaño de un puño" al chocar con un avión de extinción de incendios, dijo el jefe de bomberos del condado el viernes.
El Super Scooper, una herramienta fundamental en la batalla contra los devastadores incendios, quedó inmovilizado en tierra después de la colisión y no volverá a volar hasta el lunes, dijo a los periodistas el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone.
Los pilotos, que habían estado volando sobre el incendio de Pacific Palisades, no se habían dado cuenta de la colisión y aterrizaron sin problemas, agregó.
El personal de mantenimiento de tierra "se dio cuenta de que había un agujero del tamaño de un puño en el borde delantero del ala", informó.
"Ese Super Scooper será prioridad para su reparación (y) debería estar volando el lunes", agregó Marrone. "Solo tenemos dos de ellos".
Marrone explicó que volar un dron en una zona de incendios forestales era ilegal y peligroso, creando enormes problemas para los helicópteros y aviones que intentan sofocar los grandes incendios.
"Lo más importante que hay que saber es que si se vuela un dron en uno de estos incendios forestales, todas las operaciones aéreas serán suspendidas".
Marrone señaló que las agencias federales estaban construyendo sistemas electrónicos de detección que podrían identificar quién estaba operando drones ilegales, y el fiscal de distrito del condado, Nathan Hochman, prometió tomar medidas duras contra los infractores.
"Si crees que es divertido enviar un dron a la zona... serás arrestado, procesado y castigado con todo el peso de la ley", dijo Hochman.
Los múltiples incendios que asolan Los Ángeles han arrasado más de 14.000 hectáreas, matado al menos a 10 personas y destruido 10.000 hogares y negocios.
Los incendios, que estallaron el martes, constituyen una de las peores catástrofes en la historia de California, y se estima que el coste de los daños asciende a 150.000 millones de dólares.
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