El envío de ayuda humanitaria en Gaza, un inmenso desafío en medio del caos
La distribución de la ayuda humanitaria da un respiro a la Franja de Gaza, desde el inicio de la tregua entre Hamás e Israel, pero sigue siendo caótica por la desorganización del territorio palestino tras 15 meses de guerra.
Centenares de camiones que cargan combustible, alimentación y equipo ingresan desde el domingo.
Pero la falta de una autoridad política clara y de control en el territorio devastado por los bombardeos israelíes hace que su gestión sea difícil teniendo en cuenta las inmensas necesidades de la población y los problemas de distribución.
En Rafah, en el sur, AFP pudo filmar dos grandes camiones en una larga vía rodeada de casas destruidas. Al verlos llegar, los habitantes empiezan a correr. Algunos se suben a la plataforma con un cuchillo, toman las cajas y las lanzan al suelo.
En noviembre, la ONU denunció el saqueo "sistemático" de los convoyes. Ahora ya no ocurre.
"Espero que en unos días eso terminará, cuando los habitantes de Gaza se den cuenta de que tendremos suficiente ayuda para todo el mundo", dijo el coordinador humanitario de la ONU en Oriente Medio, Muhannad Hadi, al regresar de una visita a Gaza.
En Ciudad de Gaza, en el norte, hombres instalan decenas de carpas cuidadosamente alineadas, al lado de ruinas de cemento.
Tubos y cables salen del suelo, lo que es testimonio de que ahí había casas no hace mucho tiempo. Pero además de viviendas, todo falta en Gaza, empezando por una administración, un gobierno que decida, instituciones que administren su presupuesto.
La Franja de Gaza estaba desde 2007 bajo dominio de Hamás, cuya dirección fue decapitada por la guerra iniciada el 7 de octubre de 2023, tras el ataque sin precedentes del movimiento islamista en territorio israelí.
Y aunque los combatientes reaparecen en las calles, el grupo solo ejerce ahí un control parcial. Se parece en la actualidad a un grupo insurreccional, lejos del gobierno autoritario que era antes de los 15 meses de bombardeos israelíes.
- Necesidades gigantescas -
Las necesidades son gigantescas en un territorio casi en ruinas, donde "la hambruna es ya inminente", la malnutrición "endémica" y el sistema de salud está "hundido", en palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, en diciembre.
Responsables de la ONU se alarman por "el desplome del orden público y la seguridad", con "saqueos generalizados y lucha por los recursos (...) escasos".
Esta semana, "niños saltaban sobre camiones para tratar de recuperar canastas de alimentos", dijo el martes Hadi.
Pero poco a poco retorna la esperanza. "Los precios son aceptables ahora", se alegra Hani Abu al Qambaz, comerciante de Deir al Balah, en el centro del territorio. Por 10 séqueles (2,8 dólares), "puedo comprarme una bolsa de productos para mi hijo y estoy contento".
El portavoz del Fatah en Gaza, Munther al Hayek, confirma también que las condiciones de vida comenzaron a mejorar.
La situación puede sin embargo puede volver a recaer a partir del 28 de enero, cuando a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) se le prohibirá cualquier actividad por parte de Israel, que acusa a varios de sus miembros de apoyar a Hamás.
Aunque la aplicación de esta nueva legislación sigue siendo poco clara, "es un escenario muy catastrófico entre una serie de catástrofes", dice a AFP Jonathan Fowler, portavoz de la UNRWA.
Fowler señala que otras agencias de la ONU "no tienen la capacidad de hacer la distribución como se debe".
Esta decisión priva al territorio del suministrador de ayuda "más competente" y "sin alternativa clara", advirtió la oenegé International Crisis Group (ICG) en un informe publicado esta semana.
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