Proveedores de Qali Warma: hermanos Castro Yangali eran los protegidos de Hinojosa
“En los últimos meses, he sido blanco de una campaña mediática sin precedentes, construida sobre un cúmulo de mentiras y falsedades”, escribió recientemente Fredy Hinojosa Angulo en su cuenta de X. Fue en respuesta a la confirmación del impedimento de salida del país en su contra. Y añadió: “¿Dónde están las pruebas? ¿Dónde están los indicios razonables?”. Ayer, un reportaje de investigación de La República reveló que durante la gestión de Hinojosa como director ejecutivo del programa de alimentación escolar Qali Warma, las empresas de los hermanos Carlos y Eduardo Castro Yangali incrementaron exponencialmente sus ventas y acumularon S/418 millones entre 2020 y 2023.
Este hecho no llamaría la atención si no fuera porque los Castro Yangali han sido mencionados ante la Fiscalía por una aspirante a colaboradora eficaz, quien afirma que estos empresarios abonaban S/250.000 para obtener ventajas en los procesos de adjudicación. Hinojosa ha dicho que los Castro Yangali son proveedores desde hace tiempo de Qali Warma, pero no explicó por qué justo en la etapa de su mandato los hermanos acumularon una montaña de contratos.
Fuentes de La República en el gremio de proveedores del programa de alimentación escolar, ahora denominado Wasi Mikuna, señalaron que, además de haber obtenido grandes cantidades de adjudicaciones de contratos, los hermanos Castro Yangali recibieron un trato preferente durante la gestión de Fredy Hinojosa. Y mencionaron un caso en concreto. Qali Warma comprobó que una de las empresas más importantes de los Castro Yangali, Procesadora de Alimentos del Centro, importó conservas de pollo y pavita que no eran aptas para el consumo por deficiencias en los envases.
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La línea de tiempo
El caso lo detectó Qali Warma entre junio y agosto del 2019, cuando Hinojosa ya era director de Qali Warma (fue designado el 26 de marzo de 2019), y lo confirmó la Dirección General de Salud en febrero del 2020, cuando Hinojosa continuaba en el cargo (renunció el 25 de noviembre del 2022).
Sin embargo, Procesadora de Alimentos del Centro y otras empresas de los hermanos Castro Yangali siguieron contratando con Qali Warma por extraordinarias sumas (ver recuadro adjunto).
“Por mucho menos, a otros proveedores Qali Warma nos ha impedido seguir contratando, o se han quedado con un porcentaje de la garantía, lo que afecta nuestros ingresos y nuestros trabajos”, manifestó un proveedor a este diario.
“¿Quién protegía a los hermanos Castro? ¿Acaso no han intervenido de inmediato a Frigoinca de Nilo Burga cuando se informó de la carne de caballo en sus productos? Claro, los hermanos Castro usaron otras empresas para seguir vendiendo a Qali Warma. Pero todos sabíamos, especialmente los de Qali Warma, qué empresas eran. No les afectó en nada que se descubriera que importaban conservas de pollo y pavita que no se podían consumir”, expresó otro proveedor con conocimiento del caso.
En ese momento, como en el caso de Frigoinca, la empresa de los hermanos Castro Yangali, Procesadora de Alimentos del Centro, no contrataba directamente con Qali Warma. Pero suministraba las conservas de pollo y pavita a otras compañías del grupo y a otros proveedores del programa.
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Fueron tres las empresas intervenidas en esa ocasión, entre ellas Procesadora de Alimentos del Centro, por haber importado desde Georgia, Estados Unidos, los enlatados de pollo y pavita de la marca Crider.
De los 13 lotes de Crider que fueron inmovilizados para ser sometidos a inspección y vigilancia sanitaria, 11 se encontraban en los almacenes de Procesadora de Alimentos del Centro, ubicada en la avenida Circunvalación 706, urbanización La Capitana, en Lurigancho (Chosica). La acción se produjo porque fueron reportadas manchas negras en el interior de los envases de metal.
Luego de los estudios de laboratorio, la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) reportó que Crider no debía ser distribuida a los colegios porque representaba un peligro para los escolares, informaron fuentes de Wasi Mikuna.
“De acuerdo con el análisis de riesgo efectuado a los referidos productos, se establece que los mismos son considerados alimentos no idóneos, toda vez que los envases que los contienen presentan alteraciones fisicoquímicas en su interior, que no garantizarían la finalidad de protección del contenido a lo largo de su vida útil, por lo que se consideran NO APTOS para el consumo humano”, señala el informe de Digesa.
“Con ese informe de Digesa, quedaban sepultados los hermanos Castro. Pero siguieron contratando. No les pasó nada. Eran los intocables de Fredy Hinojosa”, comentó a La República un proveedor que los conoce muy bien.
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En 2020, al año siguiente del incidente, las empresas de los Castro Yangali (Cadisel, Distribuidora Selva y el propio Eduardo Castro Yangali) facturaron S/22 millones. En 2021, Cadisel, Selva Distribución y Eduardo Castro Yangali vendieron a Qali Warma S/86,7 millones. Y en 2022, cuando todavía estaba Hinojosa, Cadisel, Selva Distribución y Eduardo Castro Yangali sumaron S/159,5 en adjudicaciones.
En una muestra de que no les afectó para nada que sus conservas Crider fueran retiradas porque no eran aptas para el consumo de los escolares, los hermanos siguieron facturando. En 2023, Cadisel, Selva Distribución y Eduardo Castro Yangali lograron S/158,7 millones en contratos. Y en 2024, como si nada hubiera pasado, regresó Procesadora de Alimentos del Centro, la que había importado Crider. Facturó S/104,9 millones. Y en lo que va del 2025, la misma empresa de los hermanos Castro Yangali ya ha sumado contratos por S/90,9 millones.
Cuando se inmovilizaron las conservas Crider que habían importado los hermanos Castro Yangali durante la gestión de Fredy Hinojosa, sus representantes en su defensa alegaron que los enlatados fueron adquiridos según las indicaciones técnicas de Qali Warma, y que los propios inspectores del programa verificaron que el pollo y la pavita estaban en condiciones de consumo inmediato. Es decir, la culpa era de Qali Warma. ¿Los grandes afectados? Los miles de niños pobres de los colegios cuya salud es vulnerada por empresarios sin escrúpulos.