Trump abre guerra comercial con el mundo: cómo funcionarán los aranceles al aluminio y acero, y a qué países afectará
El pasado lunes 10 de febrero, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió dos decretos para imponer nuevos aranceles del 25% para el acero y el aluminio. Esto es con el objetivo de protegerse de posibles riesgos y velar por la "seguridad nacional" de los estadounidenses.
La orden será aplicada sin importar el país de origen, lo que afecta incluso a sus socios comerciales que en el pasado habían estado exentos de estas medidas. En ese sentido, la medida de Trump busca ejercer presión sobre estas naciones en temas relacionados con la migración irregular y el tráfico de fentanilo.
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¿Cómo funcionan los aranceles al aluminio y acero?
Los aranceles funcionan como una herramienta de regulación del comercio internacional, ya que imponen un costo adicional a los bienes importados. Su propósito es encarecer los productos extranjeros para incentivar el consumo de mercancías nacionales o, como sucede en el caso de los aranceles de Trump, utilizarse como un mecanismo de presión en negociaciones comerciales.
El incremento en el precio del aluminio y acero importados favorecería la preferencia por bienes producidos en el país, lo que fortalece industrias estratégicas como la manufactura y la agricultura en Estados Unidos. A su vez, generaría ingresos fiscales adicionales que pueden destinarse a financiar programas públicos o contribuir a la reducción del déficit.
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¿A qué países afectará los nuevos aranceles de Trump?
El decreto firmado por Trump el lunes se hizo "sin excepción ni exención. Y eso se aplica a todos los países", según declaraciones del mandatario en el Despacho Oval ante un grupo de periodistas. La medida impactará a Argentina, Australia, Canadá, México, la Unión Europea y el Reino Unido, que hasta ahora estaban protegidos de estos gravámenes.
Cabe destacar que los aranceles del 25% al acero y al aluminio se sumarán a las tarifas previamente impuestas, pero actualmente suspendidas, sobre bienes de México y Canadá. Una fuente de la Casa Blanca confirmó a la AFP que estos gravámenes, ya en vigor pero en pausa por un mes, podrían aplicarse nuevamente.
México y Canadá responden: "solución sin sentido común"
Desde México, el ministro de Economía, Marcelo Ebrard, instó al presidente Donald Trump a evitar una medida que afecte la relación bilateral. "Dice a veces el presidente Trump: 'sentido común'. Bueno, pues le tomamos la palabra: sentido común, no balazo en el pie, no destruir lo que hemos construido los últimos cuarenta años", expresó el funcionario.
Ebrard enfatizó que la balanza comercial favorece a Estados Unidos, que vende "casi 6.897 millones de dólares más" de lo que compra a México, según datos oficiales de 2024.
Mientras tanto, su homólogo canadiense, Dominic LeBlanc, tiene un viaje previsto a Washington para tratar el tema con Kevin Hassett, principal asesor económico de Trump, y Howard Lutnick, futuro secretario de Comercio. "No creemos que los aranceles sean la solución correcta, así que no vamos a hacer nada hasta que los estadounidenses tomen su decisión final", advirtió LeBlanc ante la prensa.