Al menos 30 heridos tras atropello masivo en Múnich
El ataque se produjo durante una manifestación convocada por el sindicato del sector servicios Verdi, que representa a trabajadores de sectores como el comercio minorista, el transporte, la salud y los servicios públicos en Alemania, a pocos días de las elecciones legislativas del 23 de febrero, marcadas por el debate migratorio. El ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) podría obtener más del 20% de los votos, según los sondeos.
Después de los atentados de Magdeburgo y Aschaffenburg y de los acalorados debates políticos sobre sus consecuencias, este atentado sacudió aún más al país. El sospechoso, Farhad N., de 24 años y nacido en Kabul, fue detenido tras el ataque. Estaba fichado por robo y delitos de drogas. Llegó a Alemania en 2016 y gozaba de protección subsidiaria pese al rechazo de su solicitud de asilo. Señalan que difundió mensajes islamistas antes del ataque.
Al menos 28 personas resultaron heridas, algunas de gravedad. El canciller Olaf Scholz expresó su conmoción en la red X, calificó el hecho como un "terrible atentado" y exigió castigo severo para el autor, agregando que "no puede esperar ninguna indulgencia" y que "debe abandonar el país". La ministra del Interior, Nancy Faeser, reiteró la necesidad de sanciones y recordó que Alemania es el único país de Europa que deporta personas a Afganistán pese al régimen talibán.
El líder del FDP, Christian Lindner, pidió más control migratorio y deportaciones efectivas, mientras que Friedrich Merz (CDU/CSU) y Markus Söder (CSU) reclamaron medidas para garantizar la seguridad. La AfD aprovechó la tragedia para azuzar sus políticas radicales antimigrantes, exigiendo un "cambio de rumbo" y la dimisión de Söder y su ministro del Interior.
El incidente dejó una escena caótica con un cochecito sobre el asfalto y un Mini Cooper detenido tras ser impactado por disparos policiales. El alcalde Dieter Reiter confirmó que entre los heridos hay menores. La Asociación Cultural Afgana de Múnich condenó el ataque, calificándolo de inhumano y un peligro para la comunidad. La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, pidió unidad democrática ante extremistas, mientras que el ministro de Justicia, Volker Wissing, solicitó prudencia y evitar decisiones populistas apresuradas.
El atentado sacude el panorama electoral alemán
“El atentado ha cambiado el rumbo de las elecciones”, dijo Friedrich Merz (CDU/CSU), señalando que la seguridad se ha convertido en el tema principal.
La AfD, que ya había subido en las encuestas, ha intensificado su retórica antimigrante tras el atentado. “No podemos seguir con esta política migratoria fallida”, afirmó Alice Weidel, copresidenta de AfD.
Por su parte, Olaf Scholz (SPD) advirtió: “No podemos permitir que el miedo determine nuestro voto”, llamando a la prudencia y unidad.El atentado ha removido profundamente el escenario político a solo una semana de las elecciones federales, con críticas a la gestión migratoria, el auge de la ultraderecha y llamados a mantener la calma.