Hamás rechaza plan de alto al fuego de Estados Unidos e Israel: "Continuarían asesinatos y hambruna"
Hamás rechazó la reciente propuesta de alto al fuego presentada por Estados Unidos y respaldada por Israel. El grupo islamista calificó el documento como insuficiente y acusó a Tel Aviv de aprovechar la tregua para mantener su ocupación militar sobre la Franja de Gaza. El texto, entregado por el enviado especial de Donald Trump para Medio Oriente, Steve Witkoff, no contempla el fin definitivo de la guerra ni garantiza el ingreso libre y seguro de ayuda humanitaria, exigencias consideradas fundamentales por el liderazgo palestino.
Desde el jueves, fecha en que la Casa Blanca confirmó que Israel había aceptado los términos del acuerdo, Hamás ha manifestado su inconformidad. El comunicado emitido por el buró político del movimiento denunció que la iniciativa únicamente favorece los intereses israelíes y no responde a las necesidades urgentes de la población civil en Gaza, afectada por meses de asedio militar. Mientras tanto, los ataques del Ejército israelí continúan y la población gazatí enfrenta niveles alarmantes de hambruna.
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Hamás cuestiona plan de alto al fuego aprobado por Israel
El grupo palestino Hamás denunció que la propuesta aprobada por Israel no contempla ninguna de las condiciones básicas que exige para frenar el conflicto. "La respuesta de la ocupación (Israel) significa esencialmente la perpetuación de la ocupación, la continuación de los asesinatos y la hambruna (incluso durante el período de tregua temporal), y no responde a ninguna de las demandas de nuestro pueblo, en particular el fin de la guerra y de la hambruna", declaró Basem Naim, dirigente de Hamás en el exilio, a AFP.
Hamás considera inaceptable cualquier acuerdo que no contemple el retiro total de las tropas israelíes de Gaza y el cese definitivo de las hostilidades. También ha reiterado su negativa a entregar las armas sin que existan garantías reales de un alto al fuego permanente.
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¿En qué consiste el plan que propone Estados Unidos respaldado por Israel?
La propuesta, impulsada por el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, contempla un alto al fuego de 60 días, durante el cual se liberaría a 28 rehenes israelíes —10 vivos y 18 fallecidos— a cambio de 1.236 prisioneros palestinos y los cuerpos de 180 gazatíes. Estados Unidos, junto con Egipto y Qatar, actuaría como garante del cumplimiento del acuerdo. La Casa Blanca aseguró que Israel ha dado su visto bueno a los términos planteados.
El plan también prevé el ingreso limitado de ayuda humanitaria tras la aceptación del acuerdo por parte de Hamás. Esta asistencia sería coordinada por la ONU, la Media Luna Roja Palestina y otras entidades internacionales. Además, el Ejército israelí realizaría un despliegue de sus tropas, primero en el norte y posteriormente en el sur de Gaza, tras las distintas rondas de liberación de rehenes.
Según el plan, si se alcanzara un entendimiento sobre una tregua definitiva, Hamás debería entregar a los 30 rehenes restantes y, en ese momento, Israel se comprometería a detener por completo sus operaciones militares. Sin embargo, el historial de incumplimientos recientes, como la ruptura unilateral de la tregua en marzo por parte de Israel, genera escepticismo en torno a la implementación real de estos compromisos.
Crisis en Gaza: "el lugar más hambriento del planeta"
Mientras se debaten los términos del posible alto al fuego, la situación humanitaria en Gaza continúa deteriorándose. La Organización de las Naciones Unidas advirtió que el 100% de los habitantes del enclave enfrenta riesgo de hambruna. Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Gaza se ha convertido en “el lugar más hambriento del planeta”, tras once semanas de bloqueo israelí que ha restringido casi por completo la entrada de alimentos, medicinas y combustible.
En paralelo, la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), iniciativa privada respaldada por Estados Unidos e Israel, comenzó a distribuir ayuda en puntos limitados del territorio. No obstante, organizaciones internacionales cuestionaron su neutralidad y señalaron que sus entregas son insuficientes para atender a los 2,1 millones de gazatíes. Escenas de caos, disparos y desorganización han marcado las primeras jornadas de entrega, con al menos ocho personas fallecidas y decenas de heridos.